El crecimiento económico es una de las principales metas de los países en todo el mundo y una preocupación constante para los organismos internacionales, especialmente en los últimos meses en los que la inflación ha avanzado a grandes pasos.
Además de medir el valor monetario de los bienes y servicios finales producidos en un país en un tiempo determinado, el Índice de Complejidad Económica (ECI, por sus siglas en inglés) es una forma de evaluar el crecimiento y el desarrollo productivo tomando el cuenta la sofisticación de los bienes exportados y el conocimiento que se necesita para producirlos.
Según el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), este índice mide la complejidad económica y como el tipo de estructura productiva de un país y la interrelación entre sus sectores.
El Observatorio de Complejidad Económica (OEC) señala que esta es una técnica poderosa para predecir y explicar el crecimiento económico futuro, así como para identificar desigualdades de ingresos y emisiones de gases de efecto invernadero.
Tal como recoge Bloomberg, México lidera el ranking en Latinoamérica con un puntaje de 1,09, seguido por Brasil (0,33), Panamá (0,31) y Costa Rica (0,24). Sin embargo, no todos los países de la región cuentan con una oferta amplia de productos a exportar y mucho menos son bienes o servicios sofisticados. Una buena parte de los países exporta principalmente materias primas. Es así como 10 de los 18 países medidos en 2021 por el OEC tienen un índice negativo de complejidad económica.
Los países con puntaje negativo
Datos del Banco Mundial hasta 2018 demostraron que el 55,3% del total de exportaciones de la región está compuesto por productos básicos, y que solo el 20,8% de la mano de obra está adscrita al sector industrial. Por esta razón, países como Chile, Perú y Ecuador tienen un puntaje negativo. Además, Venezuela y Nicaragua son los de peor desempeño en esta medición, con puntajes de -1,08 y -1,03, respectivamente.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) detalló que “la complejidad económica genera riqueza porque la ventaja competitiva incrementa las exportaciones de productos de alta tecnología (…). Los países con una capacidad más excepcional para producir bienes sofisticados tienen más posibilidades de obtener ingresos más elevados que los países menos productivos“.
Sin embargo, la baja productividad y la falta de diversificación productiva son las causas del bajo crecimiento que tiene a la región en una segunda década perdida, según el Secretario Ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs.
Ante este panorama, es necesario que los países latinoamericanos trabajen en la diversificación de su oferta exportable y en mejorar su productividad. Además, deben invertir en investigación y desarrollo para crear productos más sofisticados que les permitan tener una mayor participación en el mercado internacional.