La Justicia española condenó a penas de 10 y 8 años de cárcel a los cuatro miembros de una célula terrorista yihadista asentada en Barcelona que había seleccionado objetivos rusos contra los que atentar, entre ellos yates de magnates en el puerto de esa ciudad.
La sentencia de la Audiencia Nacional española explica que dicha célula se encontraba en disposición de actuar, para lo que sus integrantes se habían formado teóricamente en los postulados del salafismo yihadista radical y se habían adiestrado en la elaboración de explosivos y en el manejo de otro tipo de armas”.
El tribunal condenó a diez años de cárcel a Rabah Hadjeras, líder del grupo, por promoción y dirección de grupo terrorista, y a ocho años a Omar Negazzi, Hatab Samir y a Lyes Arfa, por integración en organización terrorista.
La célula estaba en contacto con el Estados Islámico en Oriente Próximo a través de un complejo sistema de uso encadenado de diversas aplicaciones, cuyo manejo secuenciado permitía establecer una interlocución directa con ellos.
La figura de Hadjeras era esencial para mantener la cohesión ideológica de la célula. Convocaba reuniones a las que acudían los demás miembros y terceras personas de su confianza.
La elección de los objetivos rusos contra los que atentar no fue casual, según el tribunal, sino en concordancia con el Estado Islámico, que en 2016 instó a “soplar el fuego de una guerra santa” contra Moscú.