La Justicia argentina dictó condenas de entre 18 y 45 años de prisión para los tres acusados en el primer juicio por abuso sexual en el Instituto Provolo. El caso expuso las denuncias de más de 20 menores sordos contra dos sacerdotes y un jardinero del colegio e internado en la provincia de Mendoza, limítrofe con Chile.
Los tres imputados fueron sentenciados por abuso sexual agravado con acceso carnal, abuso sexual simple y corrupción de menores.
El exdirector del instituto, el sacerdote Nicolás Corradi (83), fue sentenciado a 42 años de prisión por cinco hechos, de acuerdo con la sentencia leída este lunes. Corradi cumple arresto domiciliario, debido a su edad avanzada y varios problemas de salud.
Otro sacerdote, Horacio Hugo Corbacho (59), recibió la mayor condena dictada por el tribunal en este caso: 45 años de prisión, por 13 hechos. El jardinero Armando Gómez (49) fue condenado a 18 años por dos hechos. Tanto Corbacho como Gómez están detenidos en una cárcel de Mendoza.
Los tres rechazaron brindar su versión de los hechos ante los jueces del caso.
La Fiscalía había acusado a los tres imputados por 28 hechos pero el tribunal habilitó que se los juzgara por 25, según confirmó a CNN una fuente del juicio. Finalmente fueron condenados por 20 hechos.
El interventor del Provolo, el obispo Alberto Bochatey, dijo a CNN que la intervención ordenada por el Vaticano en el instituto –a raíz de las denuncias– aguardará a ver la sentencia para pronunciarse. Aún así, Bochatey expresó su solidaridad con las víctimas.
La Fiscalía sostiene que, entre 2005 y 2015, el Provolo de Mendoza se habría convertido en el centro de un circuito de abuso sistemático contra menores. El colegio e internado albergaba a niños y niñas desde los 4 hasta los 17 años. Los denunciantes son exalumnos que estuvieron bajo la tutela de Corradi y Corbacho.
“Como Iglesia, queremos transmitir una vez más nuestra solidaridad y cercanía a las víctimas y sus familias”, manifestó el Arzobispado de Mendoza en un comunicado. “Lo que han relatado estas personas ha horrorizado a toda la sociedad mendocina”, agrega el escrito. “Todos nos hemos sentido desconcertados y dolidos”, sigue, para añadir: “Junto a toda la sociedad nos sentimos desafiados a seguir trabajando para evitar que estas situaciones se repitan”.
Los abogados de los denunciantes habían solicitado entre 15 y 50 años de prisión –pena máxima por estos delitos– para los tres imputados.
Los sentenciados
CNN se comunicó con la defensoría oficial de los imputados, pero en la oficina de su abogada informaron que no habrá declaraciones por el momento.
Ni Gómez ni Corradi se han manifestado durante la investigación ni el juicio. Durante el inicio del caso, Corbacho dijo ser inocente, pero no declaró en las audiencias. En su primera parte del alegato, la defensora apuntó a supuestas nulidades en la investigación y cuestionó los testimonios de los exalumnos denunciantes, confirmaron a CNN dos fuentes presentes durante la audiencia.
Este es el primer juicio por el caso Provolo. La Fiscalía avanza en un futuro juicio contra otros ocho imputados, entre ellos una monja y siete laicos que desempeñaban tareas administrativas en el Provolo de Mendoza y que están acusados de no haber denunciado los hechos, según confirmó a CNN una fuente del tribunal.
También está pendiente un juicio contra contra la monja Kumiko Kosaka, señalada de ser quien seleccionaba y entregaba a los niños a los acusados, para luego ser abusados. Además, está acusada de abuso sexual. Se declara inocente de todos los cargos.
Antecedentes
El caso salió a la luz en 2016, pero CNN pudo confirmar en los expedientes que las primeras denuncias en Mendoza datan de 2006 y 2008. Fueron realizadas por alumnas de identidad reservada. Aquellas denuncias no fueron investigadas entonces y los abusos se habrían extendido hasta 2015, de acuerdo con la acusación.
Las sospechas sobre el Provolo se remontan a los años 60 y 70, en Verona, Italia, principal sede del instituto. El Vaticano cerró una investigación interna en la que determinó que solo uno de los acusados era culpable. En los años 70, Corradi fue trasladado a la Argentina. Figura en la lista de los señalados por los exalumnos italianos.
Tanto Corradi como otros miembros de este colegio, que depende de la Congregación Católica del Provolo, son también investigados en la ciudad de La Plata, a unos 60 kilómetros de Buenos Aires. Corradi y otro acusado tampoco se manifestaron sobre las acusaciones en esta sede. El abogado del tercer acusado, un empleado administrativo del colegio, sostiene que los delitos ya prescribieron. Sucedieron en los años 80 y 90.
En Mendoza, ya son cuatro los condenados. Jorge Luis Bordón, celador del Provolo, se declaró culpable de abuso sexual agravado en 2018 y recibió 10 años de prisión, la pena mínima por este tipo de delitos en Mendoza.