La Sala 10 de la Corte de Apelaciones de Caracas confirmó la sentencia condenatoria a cinco años de prisión por corrupción propia contra la jueza María Lourdes Afiuni.
Aunque está en libertad condicional y no debería volver a prisión, pues cumplió más de la mitad de esta pena, los tribunales venezolanos insisten en que Afiuni cometió delito, a pesar de que la Fiscalía no encontró pruebas para demostrarlo.
El abogado defensor, Juan Carlos Goitía informó que este viernes, 18 de octubre, fue notificado del fallo suscrito tres días antes por las juezas Zulay Salazar, Mariana Oliveros y Adriana López, integrantes de la Sala 10 de la Corte de Apelaciones.
El pasado 21 de marzo el juez 17° de Juicio, Manuel Antonio Bognanno, había dictado la sentencia condenatoria en primera instancia. Luego de la impugnación interpuesta por la defensa, el caso quedó en manos de la Sala 10 de la Corte de Apelaciones.
La audiencia correspondiente se llevó a cabo el 2 de octubre, pero fue el 15 de octubre cuando se dictó el fallo en segunda instancia.
Goitía destacó que las fiscales del Ministerio Público (MP) Marlene Josefina Hernández y Marianela Briceño Barajas no formalizaron la pretensión de condena.
“Esto significa que las juezas de la Corte de Apelaciones dictaron una condena sin que el Ministerio Público se los solicitara expresamente. Es un precedente inédito y peligroso, pues el sistema acusatorio vigente desde 1999 establece una clara separación de los roles de los distintos operadores del sistema de administración de justicia. El juez solo puede actuar a partir de los requerimientos del fiscal. El juez no puede condenar sin que un fiscal se lo haya solicitado”, explicó el abogado.
La jueza Afiuni se ha convertido en un ícono de los presos políticos en Venezuela. Fue detenida el 10 de diciembre de 2009, por haber acordado la liberación del empresario Eligio Cedeño, sobre la base de un exhorto del Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de las Naciones Unidas.
El para entonces presidente de la República, Hugo Chávez, exigió públicamente que Afiuni fuera condenada a 30 años de prisión, la pena máxima en el país. La jueza fue recluida en la cárcel de mujeres de Los Teques. Estuvo presa dos años y cuatro meses. Allí fue torturada y violada.
La saña contra la jueza fundamenta el llamado “Efecto Afiuni”. Ningún juez se atrevería a contrarias los intereses del chavismo, so pena de sufrir en carne propia las más cruentas represalias.
El que constituye uno de los procesos penales más largos de la historia judicial venezolana no ha concluido. La defensa anunció que impugnará la ratificación de la condena contra Afiuni ante la Sala Penal del Tribunal Suprema de Justicia. Mientras tanto siguen vigentes las prohibiciones impuestas a la jueza: salir del país y expresarse a través de cualquier medio de comunicación social.