Dos tiroteos masivos en EEUU en 15 días ponen nuevamente sobre la mesa el tema del control de armas.
El 14 de febrero de 2018, la vida de Carlos Fernández cambió para siempre. En aquel entonces él era un estudiante con las aspiraciones que cualquier joven de su edad podía tener: soñaba con ir a la universidad y formarse una carrera. Pero todo cambió. De repente. En cuestión de seis minutos.
Sin saberlo, su historia iba a dar la vuelta al mundo. La suya y la de sus compañeros. Él era una de las víctimas de la matanza de la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas en Parkland, Florida, que se saldó con 17 muertos.
“Hace tres años sucedió un evento que nadie esperaba en esta comunidad de Parkland y yo fui uno de los estudiantes que estuvo presente durante la masacre”, recuerda aún las dolorosas secuelas que le dejó el tiroteo durante una entrevista con la Voz de América en el sur de la Florida.
Hasta la fecha, había sido un joven preocupado por la situación que vivía Venezuela, su país natal. Pero la matanza en su escuela hizo que se comprometiera por una causa: la de una nueva regulación del uso de armas en Estados Unidos. “La voz de la juventud tiene que ser escuchada porque nosotros somos los que vamos a llevar el futuro”, comenta el joven.
Pero el debate sobre el uso de las armas en Estados Unidos siempre ha sido un tema que ha causado gran división entre la sociedad.
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