Kalkani Choolburra, una mujer girramay del extremo norte del estado de Queensland, creció en Sídney y viajaba frecuentemente con su familia por la costa este de Australia. Sus abuelos y tíos le traían dugongo fresco, su comida silvestre favorita, y ella misma iba a cazar la tortuga de cuello corto con sus tías y primas.
La caza tradicional de tortugas y dugongos (Dugong dugong), los sirenios más pequeños, ha sido una parte importante de la vida social y cultural de los aborígenes e isleñas del estrecho de Torres. Su carne ha sido una fuente vital de proteínas para estas comunidades originarias, que se han sustentado de la flora y fauna nativa durante miles de años.
Ahora, los chefs nacionales e internacionales están incorporando algunos de estos productos indígenas ancestrales en los platos más diversos, desde sushi y samosa (un tipo de pequeña empanada), pizza y tartas hasta pasteles y bizcochos.
Entre esos productos destacan verduras y frutas como la ciruela kakadu, la ciruela davidson, el mirto limón, la semilla de acacia, el quandong (Santalum acuminatum), la lima, el tomate de árbol, los arándanos australianos (Kunzea pomífera), la pimienta de montaña y el arbusto salado (Limoniastrum monopetalum).
Estos ingredientes indígenas también se utilizan en condimentos, salsas y mermeladas y se infunden en chocolates, tés y bebidas por sus sabores y texturas únicos.
En los últimos años, ha habido un creciente interés y reconocimiento de las propiedades nutritivas y medicinales de las plantas y frutas nativas indígenas.
La profesora Yasmina Sultanbawa, directora del Centro de Capacitación ARC para Alimentos Exclusivamente Australianos de la Universidad de Queensland, con su sede en Brisbane, la capital del estado, recuerda haber llevado mirto limón a sus conferencias hace una década. Trituraba las hojas y pedía a sus alumnos que las olieran e identificaran.
«En aquel entonces no sabían qué era, pero ahora inmediatamente lo reconocen como mirto limón (Backhousia citriodora)«, dijo Sultanbawa a IPS.
Detalló que “el mercado de alimentos indígenas nativos está creciendo porque es rico en nutrientes».
«Por ejemplo, el contenido de vitamina C en la ciruela kakadu es aproximadamente 75 veces mayor que el de una naranja; los folatos (una forma natural de vitamina B9 o ácido fólico) y la fibra en la ciruela verde son mucho más altos que en el mango; y la carne de canguro tiene solo 2 % de grasa y una alta concentración de ácido linoleico conjugado y omega 3”, explicó la nutricionista.
En un estudio en coautoría con Dharini Sivakumar, Sultanbawa sostiene que incluir alimentos indígenas nativos en la dieta podría ayudar a reducir la desnutrición.
“Las legumbres como las semillas de acacia son bajas en carbohidratos y tienen un contenido muy alto de proteínas, fibra, zinc y hierro comparable al de los garbanzos», explicó.
Añadió que «la semilla de acacia también es un excelente ingrediente funcional para agregar valor a otros alimentos; por ejemplo, se puede incorporar a panes elaborados con harina de trigo. Lo que hace que los alimentos indígenas sean atractivos es que no es necesario agregar muchos para obtener el beneficio nutricional”.
Un estudio de mercado de 2019-2020 sobre la industria de alimentos y productos botánicos nativos de Australia, realizado por investigadores de la Universidad de Sídney, con el apoyo de Alimentos y productos botánicos nativos australianos (Anfab, en inglés), estimó que en 2025 el sector de alimentos nativos sobrepasará los 25 millones de dólares, en su valor en las fincas productoras.
Ese valor llegaría, según el estudio, a los 63 millones de dólares en el mercado intermediario y 100 millones de dólares en los puestos minoristas de venta.
Además de utilizarse en la cocina tradicional y moderna, muchos de estos productos botánicos indígenas se usan también en las industrias cosmética, farmacéutica y nutracéutica.
Por ejemplo, la fruta nativa lilly pilly (Syzygium oleosum), de color rojo rosado y rica en vitamina C, tiene buenas propiedades astringentes que estimulan la producción de colágeno en la piel. Actualmente se utiliza en una variedad de productos antienvejecimiento para el cuidado de la piel.
La moda, avivada por la pandemia de covid, de los llamados superalimentos y los programas de cocina televisivos, como el MasterChef australiano, también ha contribuido a la creciente popularidad de los alimentos indígenas nativos.
Ahora se pueden encontrar en los estantes de los supermercados. Según un portavoz de Coles Group Ltd., un minorista australiano líder del sector, “actualmente trabajamos con nueve empresas dirigidas por indígenas que venden productos con ingredientes nativos, incluidas las galletas saladas originales Kurrajong Kitchen Oaklees, el agua mineral sin gas Yaru y la ginebra Seven Season Green Ant. en nuestros estantes”.
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Recientemente, el grupo Coles Nurture Fund otorgó a la empresa familiar indígena Walaja Raw Bush Honey una subvención de más de 200 000 dólares para crear una nueva miel superior Melaleuca de grado medicinal que se fabrica de manera sostenible en la región de West Kimberley en el País de Yawuru. País es un término utilizado por los australianos indígenas para describir las tierras, vías fluviales y mares a los que están conectados a través de vínculos ancestrales y orígenes familiares.
Aunque la demanda está creciendo, la oferta es limitada porque gran parte de los productos indígenas nativos actualmente se cosechan en el medio silvestre.
“Los alimentos nativos nunca se han cultivado para producirlos en masa. Crecen ahora como lo han hecho desde el principio de su tiempo, cultural y sosteniblemente. Es mejor dejarlo así”, dice Choolburra, coordinadora de programas aborígenes en el Jardín Botánico de Sídney.
Como dice Joe Morrison, director ejecutivo del grupo de Indigenous Land and Sea Corporation, “los alimentos silvestres (alimentos nativos de Australia e históricamente consumidos por los indígenas australianos) son una parte fundamental de la identidad indígena y de nuestras tradiciones que abarcan miles de años de conexión con el país».
Pero el cambio climático presenta un desafío creciente con condiciones climáticas extremas, incluidas tormentas frecuentes, erosión del suelo, salinidad del agua dulce y acidificación de los océanos, que amenazan los ecosistemas que sustentan la flora y la fauna nativas.
Choolburra dice: “Nosotros (los australianos indígenas) estamos adaptando nuestras prácticas de sostenibilidad para enfrentar los desafíos del cambio climático, que lo está impactando todo de diversas maneras. Por ejemplo, muchas áreas ahora facilitan las quemas culturales (práctica de fuego indígena) para administrar la tierra y proporcionar nutrientes. En muchos casos, la producción o cosecha de alimentos nativos se deja en manos de las comunidades locales para mantener la cantidad de productos de calidad”.
Ocasionalmente dirige la excursión aborigen Bush Tucker, que brinda a visitantes de todo el mundo la oportunidad de aprender sobre el conocimiento tradicional y el significado cultural de la flora indígena nativa y sus numerosos usos innovadores.
En un día fresco y húmedo de Sídney, mientras caminamos por el rico follaje del Jardín Botánico, ella arranca la larga y plana hoja verde de la planta nativa lomandra, una fuente vital de alimento y supervivencia y conocida como la «tienda de la esquina» en las culturas de algunos indígenas australianos y nos muestra cómo se puede tejer para hacer cestas.
Señalando el arbusto de dianella, relata la antigua práctica en la que se decía a los niños que se escondieran en él si se perdían. Las hojas de bordes afilados de dianella repelerían a las serpientes y los niños podían llamar la atención soplando la base hueca de la hoja para emitir un silbido. Las bayas comestibles de color azul violeta, con pequeñas semillas de nuez de algunas especies de dianella, son ricas en vitamina C.
Sin embargo, advierte que, como todo lo que se consume en grandes cantidades, algunas de las plantas nutritivas populares, como las hojas de warrigal, utilizadas como sustituto de la espinaca común, y el higo de lija, podrían causar diarrea o vómitos si se comen en exceso.
A medida que crece la industria alimentaria indígena nativa, dicen los expertos, es necesario mejorar la participación de las comunidades indígenas para garantizar que obtengan los beneficios.
“Australia necesita promocionar y comercializar los alimentos indígenas nativos como su cocina auténtica. Esto fomentará el conocimiento cultural sobre nuestra herencia indígena y nuestra biodiversidad”, dijo Sultanbawa a IPS.
T: MLM / ED: EG
IPS