Esta enfermedad es grave y muy mortal y lo peor es que aún no tiene cura, pero hay una enfermedad más perniciosa que la supera con creces, y que tampoco tiene cura… y es el odio y resentimiento que mora en el corazón y las acciones de algunas personas.
Sin que me quede nada por dentro les digo, que solo podremos intentar entender tanta maldad y resentimiento, partiendo de la premisa que estas acciones ruines que requieren ayuda psicológica o psiquiátrica y obedecen a mentes retorcidas, o quizá afectadas por el descontento con la propia naturaleza por haberlos concebido con defectos de fábrica, tanto físicos como mentales. Por ello, atacan sin piedad a todos, como si fuésemos responsables de esos designios de la naturaleza. Aquí se patentiza aquello de que, “Nadie quiere ver ojos bonitos en cara ajena”.
Entonces, vivimos pagando una factura que no debemos y de una manera constante y maluca, se dedican a esparcir y sembrar sus odios y resentimientos en los habitantes de nuestro querido Carrizal, que siempre se ha caracterizado por ser, un municipio de paz y concordia, y que a la postre, como bien hoy digo, no es para nada responsable de esos sentimientos mal sanos que moran en ellos. Un odio implacable que divide. Eso no somos los carrizaleños.
La naturaleza nos configura como hombres y mujeres, dándonos características que nos diferencian. Así, las mujeres se caracterizan por tener senos y ovarios y los hombres nos identificamos por tener pene y testículos. Coloquialmente decimos que un hombre es echado pa´lante cuando tiene las bolas bien puestas. Pero ser un hombre de verdad verdad, va más allá de tener testículos, es ser luchadores, probos, justos y bien ubicados en el contexto de los puestos que nos toque ocupar. Padres de familia, jefes… Por ejemplo cuando se tienen cargos de poder como los que hoy detentan los grandes jerarcas, que muy a nuestro pesar, hoy son gobierno en Carrizal.
Quienes abusando de su autoridad, y disfrazándose con pieles de cordero, han rayando en la cobardía, usando esas sus posiciones jerárquicas para perseguir familias, mujeres, niños y adolescentes, llevándose todo a su paso. Violan sin ningún miramiento y empacho, los Derechos Humanos establecidos en la CRBV, Ley sobre el Derecho de las Mujeres a una vida Libre de Violencia, Ley para Protección de las familias, la maternidad y la paternidad, Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y del Adolescente (LOPNNA), y hasta Ley Constitucional contra el Odio, por la Convivencia Pacífica y la Tolerancia, también conocida simplemente como Ley contra el Odio, aprobada en 2017.
Estas acciones configuran conductas propias de fascistas puros y anti demócratas. Recuerden que esos son delitos de Lesa Humanidad que no prescriben. Definitivamente esas son conductas de cobardes, bravuconerías y atropellos que llevan a cabo por esa sensación de ser guapos y apoyados, al estar rodeados del poder efímero que temporalmente detentan, y por estar custodiados por policías. Creen que están por encima del bien y del mal. Andan solapados bajo los interiores de sus escoltas porque siempre un profundo miedo les recorrerá el cuerpo, y es que todo Maléfico es Cobarde.
Se aprovecharon de la situación de la Cuarentena por la Pandemia para empezar a hacer politiquería barata con una cacería de brujas. Han inventado infinidad de versiones nada cercanas a la realidad. Decir que estábamos escondidos y renuentes a hacer lo correcto. Que irresponsablemente estábamos arriesgando nuestras vidas y la de los demás.
He aquí la realidad, y se la cuento de primera mano y con pruebas en la mano. Aquel sábado 4 de Julio, visitamos nuestra comunidad de Brisas de Oriente a llevar el mensaje de la dirección legal de AD, para nadie es un secreto que la dictadura de Venezuela no descansa ni en Cuarentena ni en Pandemia, nos secuestró nuestro partido AD con su TSJ y el fraude de CNE, y como todos los cobardes atacan a un pueblo al saben a ciencia cierta le es difícil tener forma de defenderse porque previamente lo han amarrado o se lo han impedido… Llevaron a cabo una operación de Alacranes en Carrizal, confundiendo a nuestro dirigentes zonales y territoriales, con el cacareado tema de una supuesta elección a la asamblea nacional, por demás fraudulenta, como es bien sabido. No fuimos a hacer campaña y es que aún no estamos en campaña por nada, ni asamblea ni alcaldía.
Nosotros estamos muy bien ubicados, sabemos que es extemporáneo pensar en eso en este momento, pero tengan la seguridad que cuando toque, ahí estaremos. Solo fuimos a reunirnos con nuestros compañeros y familia a hacerles saber la posición que tiene el verdadero AD ante la situación política del partido y del país.
La verdad verdadera, no la amañada y tergiversada a través de audios y declaraciones, es que el día 6 de julio sentí malestar, y tomé la decisión responsable y como es el deber ser, de ir con mi familia al ambulatorio más cercano a mi domicilio, fuimos al de la comunidad de José Manuel Álvarez, ahí en sus libros de registro está la prueba de lo que digo, además yo tengo las constancias en récipes de ello.
Me diagnosticaron una amigdalitis y me colocaron una inyección de Benzentazil de 2.400.000 Unidades y me mandaron tratamiento.
Es realmente preocupante que, aunque el burgomaestre del municipio sabe que lo que digo es cierto y es perfectamente comprobable, miente y manipula descaradamente la verdad. Una mentira repetida mil veces, aquí nunca será una realidad, porque la verdad es otra.
Después fuimos a la unidad Sanitaria de Los Teques, ahí nos atendió la propia directora de Epidemiología de esa institución, quien nos hizo la prueba de hisopado nasofaríngeo y nos envió a casa, indicándonos guardar cuarentena absoluta hasta tener los resultados.
Seguimos al pie de la letra lo recomendado y lo lógico que cualquier persona que se siente y se sabe enferma. Nadie quiere estar enfermo y mucho menos enfermar a otros. Habiendo seguido estos pasos correctos y ajustados a las prescripciones médicas, fuimos objeto de una especie de invasión domiciliaria. El gobierno de Carrizal envió un enjambre de policías y medios de comunicación social para mi casa, armando una alharaca comunicacional como si se tratara de una guarida de delincuentes. Exponiéndonos al escarnio público y violando flagrantemente nuestros derechos constitucionales, entre muchos tantos y analógicamente el 49 constitucional.
Cuando fuimos atendidos por los doctores de Salud Carrizal, Dr. Marco Eduard y el Dr. Moya Hidalgo, nos evaluaron profundamente y nos explicaron los riesgos que corríamos, mi familia y yo. Me trasladé voluntariamente al CDI ubicado en Llano Alto, con el equipo de Salud Carrizal y los médicos cubanos me trataron con profesionalismo, con amor y respeto como debe ser atendido cualquier ciudadano que transita tales circunstancias.
Fui enviado al Motel Canaima, donde con sinceridad, las condiciones no fueron las más adecuadas. Al día siguiente, Salud Carrizal me regresa de nuevo al CDI de Llano Alto, donde de nuevo fui atendido muy diligentemente por el personal cubano que presta su servicio en esa instalación. A los dos días de estar ahí, me envían al Hospital Victorino Santaella, donde médicos y todo el personal de salud me han atendido muy profesionalmente, con todos los insumos y medicamentos que tienen a su alcance.
Aquí estoy, hospitalizado, recibiendo a Dios gracias, una atención de altura.
He tenido que vivir los momentos más difíciles de mi vida. Muy difíciles en realidad, por primera vez vi la muerte de cerca cuando falleció un señor llamado Víctor, oriundo de San Pedro de los Altos en Guaicaipuro, días después, también falleció a mi lado una joven de nombre Milagros, oriunda de Los Teques. Luego fui trasladado a una sala de aislamiento, donde días después llegó, el hoy lamentablemente fallecido, el profesor Orlando Rojas, mi compañero y familia.
Estaba en muy malas condiciones y los médicos hicieron lo imposible por salvar su vida, pero debido al deterioro que presentaba no lo lograron. Y nuevamente me enfrenté a la cara más triste de la muerte. Ver fallecer a mi lado a Orlando, a las 11.35 minutos de la mañana del día 27 de Julio. No tengo palabras para expresar la infinita tristeza que me embarga.
Solo gente inhumana y cobarde monta un espectáculo con una situación tan triste y lamentable. Mi compañero y amigo Orlando Rojas, en paz descanse y 6 de sus familiares, estamos en el Hospital. Enfermos luchando por nuestras vidas. Nos contaminamos de un mal mundial que tiene a todos en vilo.
Nadie quiere enfermarse y mucho menos contagiar a otro, ni extraño ni propio.
Nadie está exento de sufrir este o cualquier otro mal, contagioso o no y de verdad no se lo deseo ni a mi peor enemigo.
Ningún argumento puede ser usado para desprestigiar y perseguir a ninguna persona o familia. Menos hacer campaña de descrédito. Eso es bajo y ruin, solo aceptable para truhanes. Si se cometió un error, somos humanos y ya lo estamos pagando con la triste muerte de nuestro compañero y amigo Orlando Rojas, y nosotros no estamos a salvo aún, nadie lo está realmente, aunque se crea sano, todos somos vulnerables.
Le hago un llamado de conciencia a todos mis vecinos carrizaleños, a que no se presten a este tipo de campañas y mucho menos avalar persecuciones a ninguna familia, como hoy lo vive la nuestra. Les ratifico que nadie puede creer estar por encima del bien y del mal. Este virus no distingue raza, credo, condición social ni creencias partidistas.
Tenemos que ser solidarios y seres humanos por encima de todas las cosas. Hoy hemos sido nosotros, mañana quién sabe a quien le toque. Dios los libre y los proteja porque no hay curas, solo paliativos para los síntomas y la vacuna hasta ahora sólo está en pruebas, como lo informa la Organización Mundial de la Salud.
Como les he dicho vecinos, no podemos prestarnos a estas bajezas.
Si algo como lo que hoy me ocurre a mi y a mi familia, les sucediere, hagan lo que yo hice, deben acudir sin dilación, a los centros asistenciales para resguardar su salud y su vida, la de los suyos y vecinos.
Créanme, nosotros hemos recibido es más amplio apoyo de parte de los galenos cubanos y venezolanos, del personal de todas las instituciones a las que hemos acudido. Les estamos y estaremos eternamente agradecidos.
Por último, quiero excusarme por todas las preocupaciones que involuntariamente les haya ocasionado, entiendo que no es fácil controlar el miedo a contagiarse de un mal que sabemos el daño que ha hecho a nivel mundial y que incluso se llevó a nuestro amigo y compañero Orlando Rojas y otras tantas personas conocidas o no.
El tiempo de Dios es perfecto y nadie se salva de la Justicia sea terrenal o Divina. Más temprano que tarde saldremos de esto, volveremos a estar sanos en todo sentido.
Agradezco los mensajes de amor y respaldo de todas las tendencias sociales y políticas, incluyendo las de la propia gente del oficialismo. Ellos también tienen personas enfermas, para las que pido igualmente el respeto, que he exigido para la mia y que no he recibido.
Categóricamente se debe Respetar la privacidad, como lo debieron hacer conmigo y mi familia.
Les pido oración perenne por la salud de todos, sin discriminaciones. Porque todos somos hijos de Dios y las necesitamos.
Es tiempo de unidad y no de divisiones.
Sergio Hidalgo, tu vecino de siempre en Carrizal y Cronista del municipio.
Carrizal 28 de Julio 2020
