Cuarentena frena donaciones a hogar donde atienden a hijos de las presas del Inof

Redaccion El Tequeno

Las hermanas de la comunidad cristiana Jesús es el Señor cuidan en el hogar San José a 21 niñas y niños que son hijos de mujeres privadas de libertad en el Instituto Nacional de Orientación Femenina (Inof).

Antes de la cuarentena impuesta para frenar la propagación del coronavirus, las hermanas llenaban de alimentos sus despensas para que les durara 30 días, pero tras el confinamiento y la falta de recursos solo tienen alimentos para los próximos 12 días.

El hogar San José está ubicado en el sector El Sitio de San Antonio de los Altos, estado Miranda, y las hermanas tienen 40 años trabajando con especial énfasis en el cuidado de los niños de las reclusas del Inof. La hermana María José González, quien dirige el hogar, cuenta que viven gracias a la solidaridad de los donantes y de la comunidad de Los Salias.

El gobierno también le suministraba alimentos al hogar, pero desde hace un año dejaron de hacerlo. “La gente es muy solidaria, recibimos aportes de organizaciones privadas, de empresas, de personas y ciudadanos comunes que vienen y nos traen un kilo de arroz y de pasta, nosotros sobrevivimos de la providencia”, dice la religiosa.

El hogar San José es unas de las cinco casas de la red Hogares de la Esperanza, y atienden a los niños que no tienen quién los cuide durante la privativa de libertad de sus madres.

Para dos semanas

En el Inof las mamás pueden tener a sus hijos dentro del recinto hasta que cumplen dos años de edad, después deben pasar al cuidado de sus familiares y de no tener quién los cuide se quedan en el hogar San José.

“Actualmente tenemos comida en la despensa para 12 días con una alimentación balanceada. De allí para adelante no contamos con los recursos financieros, ni aportes,  porque con la cuarentena la gente no puede venir hasta la casa hogar”, afirma González.

El confinamiento ha hecho que sea complicada la donación de insumos que se realizaba con regularidad a la casa hogar San José. Muchos vecinos de la comunidad ya no pueden llevar alimentos a la casa hogar porque no tienen gasolina. “Eso limita la llegada de las personas que puedan cooperar con nosotros”, añade.

Sin cumplir protocolo

Los protocolos de Hogares de la Esperanza piden que en cada uno de sus albergues haya suministros para al menos 30 días por si se presenta una emergencia o catástrofe nacional, pero las hermanas confiesan no tener capacidad para adquirir alimentos como antes.

“Podíamos comprar 10 bultos de harina, 5 bultos de arroz y de pasta para tener lo que deben tener los hogares”.

A pesar de la cuarentena una de las religiosas es la que sale a comprar cuando se empiezan a quedar sin comida, algunas personas les han depositado en las cuentas bancarias de Hogares de la Esperanza y allí van comprando lo que les haga falta.

Ante la carencia, en la entrada del hogar San José, las hermanas colocaron una cesta para que vecinos que pase por allí coloquen su donación. “Nosotros la desinfectamos para evitar el coronavirus, estamos tratando de que no venga gente”.

Sin visitas

Las 21 niñas y niños que residen en la casa hogar tienen edades comprendidas entre 4 y 12 años. Son 15 niñas y 6 niños los que habitan en el albergue y deberían estar hasta los 11 años, pero hacen excepciones por el retardo procesal. Las hermanas los llevan una vez al mes a visitar a sus madres. Aunque  desde que se suspendieron las visitas no se han comunicado con las reclusas.

Tras la llegada del coronavirus a Venezuela, las hermanas les han explicado a los niños en qué consiste la enfermedad y por qué existe una cuarentena.

“Ellos han entendido muy bien por qué tampoco pueden ver a sus mamás, si nos gustaría que ellos pudieran tener acceso a una llamada telefónica, que eso es muy importante para ellos, pero bueno lamentablemente no hay esa posibilidad”, se lamenta la hermana María José.

Aunque en el hogar San José están dispuestos a que las mamás puedan hablar vía telefónica con sus hijos durante la cuarentena, las autoridades carcelarias no lo han permitido.

“Ayudamos a que entiendan porque estamos en casa. Le decimos que estamos ayudando a no enfermar a otras personas y a no enfermarnos nosotros (…) Le explicamos que quienes se quedan en casa son unos héroes también”.

Para atender a los niños en el hogar San José trabajan dos cocineras, una maestra, una persona del aérea de limpieza, una de servicios generales, dos cuidadoras, 20 voluntarios y seis religiosas.

Falta de agua

Desde que inició la cuarentena en el hogar San José han tenido problemas con el suministro de agua potable. Antes del confinamiento, en el albergue el agua llegaba dos días a la semana y para el resto de los días llenan un tanque que tiene capacidad para aproximadamente ocho días.

“Desde que empezó la cuarentena tuvimos 16 días sin agua; llegó la semana pasada y el 7 de abril, pero no lo suficiente para llenar el tanque”, explica la directora del hogar.

Las religiosas lograron llenar el tanque por completo el pasado 1 de abril, gracias a la donación de uno de sus benefactores que les llevó una cisterna  de agua. “No sé cuánto le costó porque de verdad que los precios son altísimos y van desde 100 hasta 150 dólares”.

Salud y educación

A pesar de la pandemia por el COVID-19 las niñas y niños de la casa hogar San José se encuentran en buenas condiciones de salud.

Durante los días de encierro para evitar la propagación del coronavirus, uno de los niños se enfermó de amigdalitis, pero fue atendido por el personal médico con el que cuenta en la casa hogar. Tambie una niña tuvo una lesión menor tras haber tenido una caída.

“Todos están bien de salud. Hay algunas hermanas que son adultas mayores, pero también están muy bien”, dice la hermana María José.

El confinamiento tampoco ha impedido que los niños se eduquen. Todos acuden a una escuela cercana al albergue y desde que dejaron de ser presenciales reciben clases en el hogar; las maestras envían las tareas a través de WhatsApp

“Ahorita los niños están de vacaciones por Semana Santa, pero las semanas anteriores han sido en casa. Tienen su rutina normal como si fueran a la escuela, tienen sus mañana con trabajo de las tareas, hicimos una planificación con los niños y las niñas, entonces, no se han sentido afectados”.

Para colaborar con el hogar San José puede comunicarse a través de los Teléfonos 02123720026 y 04142465177.

Email: [email protected] y/o  [email protected].

Texto por Reynaldo Mozo Zambrano | @reymozo para Efecto Cocuyo

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