El Gobierno cubano denunció este martes el ingreso de un submarino de propulsión nuclear estadounidense en la bahía de Guantánamo (este de Cuba), donde Estados Unidos mantiene una disputada base militar desde 1903.
El Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex) calificó la presencia del submarino de «escalada provocadora de los Estados Unidos, cuyos motivos políticos o estratégicos se desconocen».
Según el Minrex, el submarino ingresó el miércoles pasado y permaneció hasta el sábado en la base militar estadounidense en Guantánamo. Por el momento no ha habido información al respecto desde EE.UU.
«La presencia allí de un submarino nuclear en estos momentos obliga a cuestionar cuál es la razón militar del hecho en esta región pacífica del mundo, contra qué objetivo se dirige y qué propósito estratégico persigue», apuntó la Cancillería cubana en un comunicado.
El texto incluye el rechazo a «la presencia militar estadounidense en Cuba y la demanda de que se devuelva el territorio ilegalmente ocupado en la provincia de Guantánamo» en relación a esta base.
Asimismo, advierte sobre el «peligro» de la «presencia y circulación de submarinos nucleares de las fuerzas armadas de los Estados Unidos en la cercana región del Caribe».
El comunicado recuerda que la base militar ocupa 117 kilómetros cuadrados «en contra de la voluntad del pueblo cubano y como rezago colonial de la ilegítima ocupación militar de nuestro país iniciada en 1898» por EE.UU., luego de la intervención de Estados Unidos en la guerra de independencia de Cuba contra España.
El Minrex añadió que la permanencia de la base naval «sólo responde al objetivo político de tratar de ultrajar los derechos soberanos de Cuba».
Mencionó además que «su utilidad práctica en las últimas décadas se ha reducido a servir de centro de detención, tortura y violación sistemática de los derechos humanos de decenas de ciudadanos de diversos países».
La base alberga una prisión desde el 11 de enero de 2002, cuando llegó el primer grupo de prisioneros provenientes de Afganistán, donde permanecen hasta el día de hoy personas acusadas en su mayoría de terrorismo, aunque algunos nunca han sido juzgados.