La cumbre de presidentes sudamericanos que será celebrada este martes en Brasil significa una especie de “respiro” para el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en medio del aislamiento internacional que ha enfrentado en años recientes, coinciden los analistas.
La reconfiguración política en la región le ha brindado a Maduro una oportunidad de reintegrarse al espacio internacional en días recientes, afirma Ángel Medina, politólogo de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y vicepresidente del Parlamento Latinoamericano entre 2016 y 2020.
El triunfo del presidente de Colombia, Gustavo Petro, y la normalización de relaciones con Venezuela, la reapertura de la embajada de Brasil en Caracas y la posición del presidente electo de Paraguay, Santiago Peña quien anunció su determinación de restablecer las relaciones una vez asuma el poder, son algunos de los evidentes cambios que enumera Medina.
“Se va a fortalecer en la medida en que vaya cumpliendo algunas de las peticiones que han hecho algunos de los países latinoamericanos y el mundo, que es la redemocratización del país. En esa medida va a ir reinsertandose en la comunidad internacional. El viaje es un respiro, pero si no se maneja de manera estratégica puede terminar siendo un viaje aislado que no forma parte de nada”, dijo Medina.
Para Juan Francisco Contreras, presidente del Colegio de Internacionalistas de Venezuela (Codeiv), la cumbre y la reconfiguración en la región no fortalece a Maduro, pero coincide en que se trata de una “bombona circunstancial de oxígeno”.
“Si la mayoría de los presidentes que están ahí son democráticos, tendrá que servir de presión para tratar de buscar una válvula de escape a la situación de Venezuela, pero a la larga no va a representar una salida. Con Lula tiene un aliado circunstancial y está tratando de dar una especie de salvavidas”, afirma el internacionalista y profesor universitario.
El internacionalista Félix Gerardo Arellano recuerda que el objetivo fundamental de Maduro es el levantamiento de sanciones y, en ese sentido, no descarta que en la cumbre pudiera hacerse una “suerte de párrafo de concesión para una salida pacífica y democrática”.
“Maduro está aprovechando cualquier oportunidad para demostrar que tiene legitimidad y reconocimiento, pero ha demostrado que no quiere avanzar en la negociación en serio, si no ya se hubiera reunido en México, en el formato que sea y ya hubiera dado señales claras a EEUU de que está dispuesto a ir a unas elecciones en condiciones competitivas”, señaló.
Investigación de la CPI
Consultado por la Voz de América, Medina subraya el impacto de la investigación formal abierta en 2021 por la Corte Penal Internacional (CPI) contra el Estado venezolano por presuntos crímenes de lesa humanidad.
Para Medina, la investigación no solamente tiene un impacto en esta cumbre, sino en “todo”.
“La investigación de la CPI genera grandes conflictos en términos de la posibilidad de relacionamiento de Maduro con el mundo. No veamos esto solo como el tema de Brasil, sin duda tiene un impacto gigante”, expone.
Contreras, por su parte, sostiene que tradicionalmente, de este tipo de cumbres, solo surgen documentos “ambiguos” e insiste en que no hay manera de “ir más allá” sin señalar temas como la violación de los DDHH, los presos políticos etc.
En uno de sus más recientes informes, la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos sobre Venezuela (FFM por sus siglas en inglés), creada en 2019 mediante una resolución del Consejo de DDHH de la ONU, concluyó que individuos de alta jerarquía en la cadena de mando de los servicios de inteligencia venezolanos cometieron “crímenes de lesa humanidad” y señala a Maduro de encabezar planes de represión contra la disidencia.
Sin embargo, Lula Da Silva aseguró el lunes que el autoritarismo en Venezuela es una “narrativa construida”, comentarios que generaron rechazo en distintos sectores de la sociedad civil. La organización defensora de DDHH, Provea, se dirigió al mandatario brasilero recordando que más de 8.900 víctimas apoyaron “abrumadoramente” la reanudación de la investigación en la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de lesa humanidad.
“No es una narrativa construida, es parte de un plan sistemático contra la población civil y disidente, alertado por la ONU. Pedimos respeto a todas las víctimas, quienes merecen justicia y reparación que el Estado venezolano no da”, reaccionó en Twitter.
Incluso, Juanita Goebertus, directora de la división de las Américas de Human Right Watch (HRW) aseguró que el autoritarismo en Venezuela es una “realidad incuestionable”.
Maduro, que ha limitado sus viajes al exterior desde 2018, cuando fue reelegido en unos comicios cuestionados por gran parte de la comunidad internacional, llegó a Brasil el lunes luego de 8 años.
En 2020, el ex fiscal general de EEUU, William Barr, presentó cargos por narcotráfico contra Maduro y se ofreció una recompensa de 15 millones de dólares por información que pueda llevar a su captura. La medida fue calificada en ese entonces por el mandatario venezolano como una “acción extravagantemente extremista” y se desconoce si ha sido un factor que lo ha llevado a reducir sus viajes.
En 2021, junto a su esposa, Cilia Flores, participó en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en México, uno de los pocos gobiernos latinoamericanos que en 2019, tras la juramentación de Juan Guaidó como presidente interino, continuó reconociéndolo como presidente legítimo de Venezuela.
A pesar de haber sido invitado por el presidente Alberto Fernández, argumentando razones de seguridad, Maduro no participó en laVII cumbre de la CELAC celebrada en enero en Buenos Aires, Argentina y, en su lugar, asistió el ministro de Relaciones Exteriores, Iván Gil.
En años recientes Maduro solo ha viajado a países considerados aliados, entre ellos Cuba, Nicaragua, Rusia, Irán, Turquía, Argelia, Kuwait, Qatar y Egipto, donde participó en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP27) y conversó brevemente con el mandatario francés Emmanuel Macron.
Objetivos de Lula
Para el presidente Luiz Inacio Lula Da Silva la integración latinoamericana es una “prioridad” y con la reunión busca “reunir a la región” y “reanudar el diálogo con los países sudamericanos, muy truncado en los últimos años”, aseguró la semana pasada Gisela Padovan, secretaria de América Latina y el Caribe.
En ese sentido, Medina considera que va en “función de los objetivos” de Lula quien, recientemente visitó China y ha participado en la mayor cantidad de foros internacionales en donde ha insistido en la importancia de América Latina.
“Uno de los objetivos de Lula ha sido plantearse como un líder de América Latina frente al mundo. Creo que en los objetivos estratégicos está reposicionar a Brasil y posicionar su gobierno como un actor internacional relevante, influyente, importante”, opina.
Respecto a Venezuela, Medina estima que Da Silva buscará “crear un puente de comunicación” y buscará ampliar relaciones comerciales.
“Desde el punto de vista de los intereses de Brasil van a tratar de avanzar en lo que crean conveniente, pero creo que también, otra de las líneas estratégicas, va a estar de la mano de la reconstrucción democrática del país. No creo que será un tema de micrófonos, va a ser un tema diplomáticamente de bajo perfil como ha demostrado su diplomacia”, subraya.
Contreras cuestiona que haya interés de integración de la región y afirma que los intentos de establecer mecanismos han tenido que ver “más con el tema ideológico”.
“Unasur fracasó, la CELAC fracasó. Son elefantes blancos que se crean y responden a una circunstancia que tiene que ver más con el tema ideológico que con el tema real de integración. Si pretenden hacer lo mismo no tiene ningún sentido”, subraya al ser consultado por la VOA sobre la cumbre.