Con 34 años, Daniel Alejandro Blanco se hizo un nombre en la Región del Magallanes, Patagonia chilena. Allí, este locutor, amante de la fotografía y los viajes nacido en Maracay, estado Aragua, se convirtió recientemente en el primer venezolano con una certificación como guía convencional en las Torres de Paine, la octava maravilla natural del mundo.
Lo hace al frente de Expedición Miranda (@ExpediciónMiranda), agencia de turismo que creó con su esposa. «Al cierre del 2018 decidí venir de vacaciones, invitado por un amigo y fue amor a primera vista», recuerda.
En su primera visita se maravilló al poder encontrarse con un puma mientras rodaba en una vans. «El felino pasó frente a nosotros, se detuvo y continuó hasta llegar a su sendero», precisa.
En enero de 2019 se mudaron. La misión era captar venezolanos para llevarlos a vivir una increíble experiencia. Cinco meses después apostaron por abrir una sociedad enfocada en promover el turismo receptivo.
Así participó en curso de preparación con Sercotec-Centro Desarrollo de Negocios. «Estuve una semana en distintas clases para finalmente comenzar el registro de la empresa», detalla.
El comienzo de una aventura
Entre 2014 y 2015, Daniel vivió con una familia indígena en puerto Ayacucho, estado Amazonas. Así se internó en el pueblo huottoja (piaroa) y se deslumbró con el Cerro Autana, monumento nacional. Lo hizo como parte del equipo de Turisama (Turismo amazonas).
Expedición Miranda, como concepto, vio luz en Venezuela a principios de 2016. Su hija nació en octubre de 2015. La bautizó como Miranda Victoria. «Con ella mi realidad había cambiado y decidí emprender esta aventura en un país diferente. Me encomendé y le puse Expedición Miranda. Todos los sacrificios serían por ella y para ella», confiesa.
Pero la migración no siempre fue tan amable y entre paisajes de ensueño. Llegó en 2016 a Santiago de Chile y comenzó en un empleo como bodeguero durante seis meses. Allí aprendió bastante.
Como productor radial quedó en un casting de Radio Chévere y dirigió un programa por dos años llamado Cabina para 3. «En adelante pasaron un montón de hechos duros, pero que tenían un significado en mi vida: Aprender para emprender«, sostiene.
Hoy, disfruta como nadie la oportunidad de ser guía turístico en las Torres del Paine. Se distingue por su sombrero y entre los turistas y los nacidos en la región es conocido cariñosamente como «Cocodrilo Dundee», el «Cocodrilo Dundee» venezolano.
«Lo que más me gusta es poder brindarles atención de calidad a quienes viajan con nosotros, entrego mil por ciento de cariño y les comparto lo que sé». Y este es su mantra como migrante criollo: «Somos atletas en una olimpiada representando a Venezuela, todos los días tenemos un combate y salimos a ganar».