Piedad Córdoba sí tuvo negocios con Álex Saab, el señalado testaferro de Nicolás Maduro, preso en Estados Unidos. Al menos así lo comprobarían los documentos entregados por su exasesor Andrés Vásquez, quien está colaborando con la Corte Suprema de Justicia.POR REVISTA SEMANA
SEMANA revela en exclusiva el dosier del testigo, que prácticamente le cierra el cerco a la excongresista, hoy senadora por el Pacto Histórico. Son 17 compromisos que Vásquez adquirió con la magistrada investigadora Cristina Lombana, los cuales cumplió al pie de la letra con los soportes documentales de cada uno. De esta manera, la situación jurídica de Córdoba se complica cada vez más.
Aunque Córdoba siempre ha negado haber tenido vínculos comerciales con Saab, las pruebas son contundentes y demuestran lo contrario. Con base en estas evidencias, la Corte Suprema acaba de llamar a Saab a declarar.
En el documento que llama a esa diligencia asegura que el objetivo es que “se investiguen las posibles conductas punibles de las personas que a continuación se relacionan, que perteneciendo al núcleo familiar extendido de Piedad Córdoba Ruiz, reportan ingresos por justificar que sumados ascienden a seis mil trescientos treinta millones de pesos ($6.336.356.049,00)”.
SEMANA había revelado el material en poder de la Corte Suprema, en una reciente portada. Esta es la investigación.
Se trata de correos electrónicos con transacciones, nombres de socios, documentos escritos y revisados directamente por Córdoba, y hasta el cruce de comunicaciones de las millonarias transacciones con Saab. Es la primera vez que se conocen evidencias físicas de los jugosos negocios de Córdoba con el otrora poderoso empresario barranquillero, hoy extraditado.
Las evidencias son explosivas. Vásquez envió los documentos desde el exterior, donde se encuentra desde hace varios años, el pasado 15 de febrero. A esto se suma una solicitud de la sala de instrucción de la Corte que en este momento resulta demoledora: el alto tribunal envió una carta rogatoria a la Justicia de Estados Unidos en la que pide que se les permita entrevistar a Saab en su centro de reclusión para que cuente en qué consistía su relación con Córdoba y hasta dónde llegaron sus negocios.
En las pruebas entregadas a la Corte, Vásquez ratifica que Córdoba tuvo negocios con Saab y que “se trató de una gestión de recuperación de cartera con una comisión de éxito”. Fue más allá y dijo que “Piedad Córdoba y sus hijos fueron informados detallada y periódicamente de todo el proceso, y de los cuestionamientos que tenían varias empresas dentro del listado de Álex Saab”.
“Hasta el final de mi gestión, encomendada directamente por Piedad Córdoba, el Gobierno de Venezuela había aprobado un monto importante de la deuda de 29 millones (de dólares) a las empresas de Álex Saab y otros no, por investigaciones de importaciones ficticias, manipulación de divisas y fraude aduanero”, dice el documento de Vásquez.
Según su versión, hasta Camilo Castro, hijo de la exsenadora, habría estado involucrado en esas transacciones, pues la excongresista lo habría delegado para esa recuperación de la millonaria cartera de Saab en Venezuela.
Con claridad, Vásquez describe la que sería la intermediación y labor de comisionista que protagonizó Córdoba con Saab y otros empresarios ante el gobierno venezolano. Menciona el caso del expresidente del Congreso Miguel Pinedo Vidal. “Cuando el Gobierno de Venezuela aprobó e inició el pago de Cadivi (Comisión Nacional de Administración de Divisas) a empresarios apoyados por Córdoba, ellos empezaron a pagar la comisión de éxito. El primer empresario fue Salomón, quien vino a través de una reunión entre Córdoba y Vidal. El listado Córdoba lo incluyó en el grupo Los árabes”, explicó Vásquez.
“A medida que iban concretando los pagos, ellos iban cumpliendo los compromisos con Córdoba y con la mano derecha de Nicolás Maduro, William Amaro (…) Ambos pedían que les dieran el dinero en efectivo; sin embargo, en la segunda solicitud, Salomón dijo que era imposible seguir moviendo tanto dinero en efectivo y pidieron una empresa a la que pudieran transferir”.
Vásquez entregó todos los detalles. “Durante los años en los que trabajé con Piedad Córdoba en Venezuela, Álex Saab era un empresario al borde de la quiebra, con deudas astronómicas en los bancos y sus esperanzas estaban en los 30 millones de dólares que el Gobierno de Venezuela le debía. Por lo que su capacidad de financiar a Piedad eran muy limitadas y todo se basaba en la expectativa del pago de Cadivi”, señala Vásquez en el documento que envió a la Corte.