Después de 28 años a las puertas del olimpo sudamericano, Argentina conquistó la Copa América de la mano de Leo Messi y Ángel Di María en suelo hostil y contra su máximo rival (0-1) en una final donde las sutilezas quedaron a un lado.
Lucho Suárez || lapatilla.com
Más allá de un choque entre figuras, Brasil y Argentina han protagonizado una de las rivalidades más históricas del fútbol mundial, llamada así misma como “el clásico de América“, hoy se vieron las caras para luchar por la Copa América.
Esta Copa América se vivió de una forma diferente. El coronavirus vació los estadios, quitándole el color que acostumbra un torneo tan intenso como éste, y aún más cuando se disputa en un suelo tan festivo como el brasileño.
Pero el fútbol debió seguir adelante y tanto canarinhos como albicelestes le regalaron al mundo un partidazo que, para sorpresa de todos, se disputó con público, poco, pero con gente al fin, como debe de ser siempre.
Como es costumbre de una rivalidad como ésta, ambas selecciones comenzaron la travesía a la gloria con mucha intensidad.
El “músculo” de ambos combinados se hizo sentir desde primer minuto. Faltas y golpes para hacerse respetar. Las figuras jugando en terrenos incómodos.
Neymar, retrasado, buscando la esférica para intentar generar fútbol y vistosidad, pero “mordido” sin contemplaciones por la zaga argentina.
Messi, encerrado en una jaula defensiva. Cuando el 10 la tocaba, tenía a tres brasileños custodiando sus movimientos.
Era de esperarse ese nivel de intensidad, hasta en los banquillos se vivió el encuentro como cuestión de vida o muerte. Los entrenadores se “decían cosas”.
El partido que se definiría por descuidos mínimos, y Argentina pegó primero.
El primer remate a portería del partido culminó en gol: Rodrigo De Paul presumió de visión de juego.
Transcurría el 19′ y el 7 encontró el espacio entre la defensa brasileña.
De Paul mandó la esférica a las espaldas de Renan Lodi en el costado derecho. El lateral del Atlético de Madrid intentó atacar el pase, pero la “bocha” iba teledirigida hacia un endemoniado Ángel Di María.
El “Fideo” cocinó el tanto albiceleste con una carrera mano a mano contra Allison, y con un “sombrerito” abrió las puertas para el grito sagrado (0-1).
Pese a adelantarse en el marcador, Argentina mordió el anzuelo de Brasil. El encuentro se mantuvo atropellado y disputado en la mitad del terreno de juego hasta el final.
En más de una ocasión, figuras del cuadro argentino como Lautaro Martínez, Leo Messi y Ángel Di María, evidenciaron molestias físicas.
Ante la necesidad, Brasil partió su equipo en dos bloques, cinco defienden y cinco atacan. Esta canariña de Tite se caracterizó todo el torneo por “meter pierna” en defensa y atacar con velocidad.
En un principio, la estrategia le funcionó al técnico carioca, pero solo fue “un susto” para su rival.
Una asociación entre los cracks canariños encontró los pies de Richarlison, quien empujó el balón al fondo del arco argentino, pero para suerte de los patagónicos, el tanto no subió al marcador. El atacante estaba en posición ilícita.
Richarlison tendría una segunda oportunidad de sumar, pero “Tibu” Martínez se agrandó en la portería argentina y evitó la igualdad.
Rodrigo De Paul, omnipresente
“Está en todos lados” relataron los comentaristas de turno. El partido del 7 argentino fue más que destacado.
Cortó y género juego, fue el cerebro del tanto visitante y durante los 90 minutos fue amo y señor de la orquesta albiceleste. Se jugaba al ritmo que De Paul quería.
28 años sin probar la gloria sudamericana
La última vez que Argentina levantó una Copa América fue el 4 de julio de 1993 en Ecuador.
Aquella final fue para los albicelestes (2-1) sobre su similar de México en la que se erigió Gabriel Batistuta como figura absoluta con dos goles.
Años después, la Copa les fue esquiva en cuatro ediciones.
Primer título de Messi con la selección absoluta de Argentina
A pesar de dominar el fútbol mundial durante una década “codo a codo” con el portugués Cristiano Ronaldo, Leo Messi conquistó en el Estadio Maracaná un título que le fue esquivo en cuatro ocasiones.
Ya con 34 años de edad, y seguramente su última aparición internacional con su selección en Copas Américas, la ‘Pulga” fue el artífice de esta conquista albiceleste.
Sus 4 goles y cinco asistencias del 10 fueron vitales para que el combinado argentino ascendieran al desenlace final del certamen.