La situación en Afganistán tras la reciente toma del poder por parte de los talibanes ha llevado a que se conozcan cientos de historias de ciudadanos de dicho país que han buscado comenzar sus vidas en otros territorios.
Mientras hoy cientos de afganos buscan con urgencia un vuelo para dejar el país, otros tomaron la decisión de abandonar Afganistán mucho antes de que se diera el regreso de los talibanes.
Tal es el caso de Sayed Sadaat, un hombre de 49 años que pasó de ser el ministro de Comunicaciones de Afganistán a ser un repartidor de comida en Alemania tras abandonar su país de origen.
Sadaat, profesional en informática y telecomunicaciones, se desempeñaba como ministro de Comunicaciones del gobierno afgano. Estuvo dos años en el cargo y, en 2018, decidió abandonar su puesto por desacuerdos con el círculo de gobierno del presidente.
En diciembre de 2020, varios meses antes de la difícil situación que se vive en Afganistán, Sadaat decidió abandonar su país en busca de un futuro mejor. Decidió partir a Alemania, aun contando con nacionalidad británica.
El hombre le contó a la agencia de noticias Reuters que tuvo muchas dificultades para encontrar un trabajo. A pesar de contar con el título de exministro y otros cargos y experiencia de relevancia, no pudo conseguir un trabajo en su área por la falta de conocimientos del idioma.
«El idioma es lo más importante», le dijo el hombre a Reuters.
La situación en Afganistán tras la reciente toma del poder por parte de los talibanes ha llevado a que se conozcan cientos de historias de ciudadanos de dicho país que han buscado comenzar sus vidas en otros territorios.
Mientras hoy cientos de afganos buscan con urgencia un vuelo para dejar el país, otros tomaron la decisión de abandonar Afganistán mucho antes de que se diera el regreso de los talibanes.
Tal es el caso de Sayed Sadaat, un hombre de 49 años que pasó de ser el ministro de Comunicaciones de Afganistán a ser un repartidor de comida en Alemania tras abandonar su país de origen.
Sadaat, profesional en informática y telecomunicaciones, se desempeñaba como ministro de Comunicaciones del gobierno afgano. Estuvo dos años en el cargo y, en 2018, decidió abandonar su puesto por desacuerdos con el círculo de gobierno del presidente.
En diciembre de 2020, varios meses antes de la difícil situación que se vive en Afganistán, Sadaat decidió abandonar su país en busca de un futuro mejor. Decidió partir a Alemania, aun contando con nacionalidad británica.
El hombre le contó a la agencia de noticias ‘Reuters’ que tuvo muchas dificultades para encontrar un trabajo. A pesar de contar con el título de exministro y otros cargos y experiencia de relevancia, no pudo conseguir un trabajo en su área por la falta de conocimientos del idioma.
«El idioma es lo más importante», le dijo el hombre a ‘Reuters’.
Después de mucho intentar, Sadaat encontró un trabajo como repartidor de comida en la ciudad de Leipzig. Trabaja seis horas como domiciliario y dedica cuatro horas de su jornada a estudiar alemán.
Asumir su nuevo puesto no fue fácil, pues tuvo que aprender a usar la bicicleta y a moverse en ella en medio del gran tráfico de la ciudad.
Muchos le preguntan si siente vergüenza al pasar de ser un miembro importante del gobierno a un repartidor, pero Sadaat asegura que no tiene nada de qué sentirse culpable ni avergonzando.
“Mi alma está feliz y no tengo nada de qué sentirme culpable, así que estoy haciendo un trabajo normal”, afirmó el hombre a la agencia citada.
Además, Sadaat invitó a otros políticos a seguir su ejemplo: “Espero que otros políticos sigan el mismo camino para trabajar con el público, en lugar de mantenerse escondidos”, agregó.
Como Sadaat, hoy cientos de afganos piden una oportunidad para salir del país y arrancar una nueva vida lejos del régimen talibán.