Este lunes, el Gobierno ruso confirmó un ataque ucraniano contra una escuela en Makiivka, Donetsk donde dormían decenas de soldados invasores. Blogueros del régimen de Putin denunciaron que estos reclutas dormían cerca de un depósito de municiones.
El ataque habría sido ejecutado en la víspera de Año Nuevo con cohetes de fabricación norteamericana disparados por HIMARS.
Moscú sostiene que las instalaciones fueron el objetivo de seis proyectiles HIMARS, dos de los cuales fueron abatidos.
La agencia AFP adelanta, además, que el Ejército ruso ha confirmado la muerte de 63 soldados en ese ataque. El número de víctimas mortales es inferior al de «cientos» que difundían otros medios pero difícilmente apagará las críticas contra la dirección de la guerra en Ucrania.