Rusia ha deportado a su territorio a 1,3 millones de ucranios, de los que 240.000 son niños, según denuncia la defensora del pueblo de Ucrania, Ludmila Denisova, en una entrevista con la agencia EFE en Davos, a donde ha acudido como parte de la delegación de su país en el Foro Económico Mundial.
El País
Según Denisova, su equipo ha podido recopilar documentos que prueban que Rusia ya había previsto el traslado forzoso a su territorio de civiles ucranios antes de iniciar la invasión, de la que este martes se cumplen tres meses. “El día 18 de febrero el Gobierno comunicó a las autoridades locales sobre cuántos lugares debían crearse en centros de alojamiento temporal para los ucranios que serían llevados allí. Había planes previos”, comentó.
También afirma en la entrevista que su departamento recibe la ayuda de voluntarios rusos que se oponen a la guerra y al Gobierno de Vladímir Putin y le informan sobre la ubicación “de esos lugares de detención y el paradero de algunos de los ucranios deportados”. “Muchos quieren salir de Rusia», afirma.
La Defensora relata que en algunos casos, los deportados han sido trasladados a zonas remotas de Rusia, como un grupo de 300 vecinos de Mariupol, entre ellos 122 niños, que fueron llevados en tren a Vrangel, a 1.500 kilómetros de la ciudad, “donde están viviendo en condiciones muy precarias».
Finalmente, Denisova explica que ahora está trabajando para recopilar información entre la ciudadanía sobre los crímenes de guerra cometidos por las fuerzas rusas contra ellos o sus familiares. “Tenemos una línea telefónica especial que empezó el mismo día de la invasión y hasta ahora hemos recibido 44.000 llamadas en las que nos han contado sobre violaciones de los derechos humanos contra 87.000 personas”, precisó.