El aminoácido glicina puede ser de ayuda para aliviar la depresión severa, la ansiedad y otros trastornos del estado de ánimo por su capacidad para enviar una señal de “desaceleración” al cerebro, según afirman científicos de la Universidad de Florida (UF) en un artículo publicado este viernes.
El descubrimiento, del que se hizo eco la revista Science, mejora “la comprensión de las causas biológicas de la depresión severa y podría acelerar los esfuerzos para desarrollar nuevos medicamentos de acción más rápida para trastornos del estado de ánimo difíciles de tratar”, dijo el neurocientífico Kirill Martemyanov, del Instituto Wertheim Scripps de Innovación y Tecnología Biomédica de UF.
En un comunicado publicado este viernes por UF, Martemyanov, quien preside el departamento de neurociencia del instituto, dijo que hay pocos medicamentos para la depresión severa y la mayoría “tardan semanas en hacer efecto, si es que lo hacen”.
“Realmente se necesitan nuevas y mejores opciones”, subrayó.
Un estudio realizado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. en 2021 calculó la carga económica de la depresión severa en 326.000 millones de dólares anuales solo en los Estados Unidos, señala la web de UF.
Martemyanov explicó que en esta investigación él y sus colegas se hicieron una pregunta básica: ¿Cómo reciben y transmiten señales los sensores en las células cerebrales?
Así en 2018 descubrieron un nuevo receptor de señales al cerebro, el GPR158, y comprobaron que los ratones de laboratorio que carecían del gen del receptor eran muy resistentes al estrés crónico.
El siguiente hito en la investigación fue cuando en 2021 los científicos del instituto Wertheim Scripps de Innovación y Tecnología Biomédica resolvieron la estructura genética del GPR158 y determinaron que es un receptor de aminoácidos.
“Solo hay 20 (aminoácidos en el organismo humano), así que los examinamos de inmediato y solo uno encajó perfectamente. Eso fue todo, era glicina”, contó Martemyanov a la revista de UF.
Después hallaron que cuando se unía a la glicina, el GRP158 en lugar de activar las células, era un inhibidor.
Los científicos han estado catalogando el papel de los receptores celulares y sus socios de señalización durante décadas. Los que todavía no tienen señalizadores conocidos, como GPR158, se han denominado “receptores huérfanos”.
Ahora GPR158 ya no es un receptor huérfano y el equipo lo renombró mGlyR, abreviatura de “receptor de glicina metabotrópico”.
La glicina se vende como un suplemento nutricional que mejora el estado de ánimo.
Las proteínas tienen dos o más cadenas de aminoácidos, llamadas polipéptidos, cuya secuencia se codifica en un gen.
El equipo de científicos advirtió que se necesita más investigación para comprender cómo el cuerpo mantiene el equilibrio correcto de los receptores mGlyR y cómo se ve afectada la actividad de las células cerebrales.
EFE