El diálogo entre la oposición y el gobierno de Venezuela ha transcurrido en México este sábado con hermetismo y una creciente expectativa internacional para aliviar la crisis política del país suramericano.
Tras la inauguración del proceso el viernes, con un evento mediático y la firma de un memorando de entendimiento en el Museo Nacional de Antropología de México, las facciones venezolanas conversaron con discreción en un hotel de Paseo de la Reforma, la principal avenida de la capital mexicana.
Ni la delegación del gobierno de Nicolás Maduro, encabezada por el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, ni la de la opositora Plataforma Unitaria Venezolana, representada por el abogado Gerardo Blyde, dieron declaraciones a los medios.
Con este proceso, impulsado por Noruega y albergado por México, la oposición busca elecciones «libres» en los comicios regionales del 21 de noviembre, mientras que el presidente Maduro busca que se levanten las sanciones internacionales.
Estados Unidos, la Unión Europea y Canadá confiaron este sábado, en un pronunciamiento conjunto, que el nuevo diálogo produzca «acuerdos duraderos», al reconocer que están dispuestos a revisar sus sanciones a Venezuela si hay «avances significativos».
«Pedimos condiciones electorales que cumplan con los estándares internacionales de democracia, empezando por las elecciones locales y regionales programadas para noviembre», resaltaron.