Aunque el chavismo sigue sin dar una información oficial sobre el paradero y situación del otrora hombre fuerte del régimen, Tareck El Aissami, algunas cosas parecen esclarecerse después de mes y medio de lo que fue su último mensaje en Twitter, en el que anunció su separación del cargo de ministro de Petróleo en Venezuela.
El exministro de Economía y actual diputado de la Asamblea Nacional, Jesús Faría, ha sido el único vocero del chavismo en confirmar que El Aissami, quien en el pasado dirigió los servicios de inteligencia cuando gobernaba Hugo Chávez, está siendo investigado dentro de una trama de corrupción que ya implicó las detenciones de exministros, ex altos funcionarios de empresas del Estado, militares y empresarios vinculados a las obras públicas.
El fiscal general Tarek William Saab, profuso en dar detalles sobre los detenidos, su vida privada y la ostentación de riqueza como sinónimos de corrupción en las altas esferas del poder, ha evadido referirse a El Aissami.
Desde el 17 de marzo hasta este 5 de mayo, se registran más de 60 detenidos por diversos casos de corrupción en torno a tres entes oficiales que estaban bajo conducción de El Aissami: Petróleos de Venezuela (PDVSA), la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) y la Superintendencia de Cripto-activo.
Faría, quien dijo desconocer dónde se encuentra El Aissami en la actualidad, insistió en que este es investigado judicialmente porque «es absolutamente elemental, él estaba en un cargo clave».
DIARIO DE CUBA corroboró con dos fuentes diplomáticas distintas y según la información que manejan ambas delegaciones internacionales, El Aissami está resguardado en su casa, en «plan piyama» como suele decirse en Cuba sobre los altos funcionarios defenestrados, con personal de seguridad y movilización limitada.
Se especula si ha sido la colaboración del exministro la que ha permitido una cadena de detenciones, que incluyen a varios de sus colaboradores cercanos, incluso su círculo más íntimo cuando era una figura poderosa en el chavismo. A cambio, según estas versiones, El Aissami no ha sido mostrado en público, esposado o doblegado, con overol naranja como ha sucedido con todos los otros aprendidos por esta trama.
Analistas políticos, como Ricardo Ríos, insisten en describir una pugna de poder, en las altas esferas del chavismo, como el verdadero trasfondo. Para este experto en Estrategia, la salida de El Aissami favorece un escenario de negociación con EEUU, un asunto que no termina por verse del todo claro.
Sin embargo, algo que podría ir en esa dirección ha sido la decisión del Gobierno de Joe Biden de cesar, con carácter casi que de inmediato, al actual embajador para Venezuela (operando desde Bogotá), James Story, una figura controvertida por su alta exposición pública y muy asociada al fenecido «Gobierno interino» de Juan Guaidó.
La salida de Story le quita un factor disruptivo a la de por sí complicada relación entre Caracas y Washington.
En relación con la trama de corrupción, otro elemento sobre el cual existe opacidad oficial tiene que ver con el dinero desfalcado. Inicialmente se habló de 3.000 millones de dólares, luego esta suma se elevó a 20.000 millones de dólares, por una serie de contratos a través de terceros usando criptomonedas para eludir las sanciones de EEUU que pesan sobre las operaciones de PDVSA.
La petrolera venezolana, en los últimos años bajo dirección de El Aissami, se encuentra en una situación operacional crítica, básicamente por falta de mantenimiento y renovación de equipos y flota de tanqueros, esto según reporte de la agencia Reuters este 4 de mayo.
«En virtud de las investigaciones que se han iniciado sobre graves hechos de corrupción en PDVSA, he tomado la decisión de presentar mi renuncia como ministro de Petróleo, con el propósito de apoyar, acompañar y respaldar totalmente este proceso», indicó el ahora exfuncionario a través de Twitter, el lunes 20 de marzo.
Desde entonces ninguna autoridad habla de él o informa sobre su situación judicial, tampoco hay imágenes o declaraciones suyas. Farías, exministro y diputado, ha sido el único en referirse a El Aissami desde entonces.
Los más altos exfuncionarios detenidos han sido: el exministro Hugbel Roa, quien de manera exprés fue destituido como diputado; así como de Hugo Cabezas, exdirector del estratégico Servicio de Identificación y Extranjería, donde la influencia cubana es amplia, de acuerdo con diversas denuncias; y Pedro Maldonado, en ese momento presidente de la CVG.
«Con la detención de Hugo Cabezas se ratificó que absolutamente todos los que han caído son del grupo de Tareck El Aissami», confirmó a DIARIO DE CUBA el analista de entorno Ricardo Ríos, presidente de la firma Poder y Estrategia.
A mediados de abril, entretanto, esta trama devenida en una cuasi telenovela, tuvo un capítulo sorpresivo. Álvaro Pulido, socio del empresario colombiano Alex Saab, y quien gozaba de contratos, y protección de Caracas, resultó detenido.
Pulido fue mostrado en la televisión oficial doblegado por las autoridades y con el overol naranja que ha sido usado como una suerte de símbolo en todo este proceso, ya que en Venezuela no hay un uniforme establecido para los detenidos, menos aun cuando no han sido condenados.
Todos los encarcelamientos, pero en particular los de Roa, Cabezas y Maldonado, que formaban parte del círculo cercano y hasta íntimo de El Aissami, dejaron en evidencia que el otrora hombre fuerte del chavismo también había caído.