El ministro de Energía y Minas, Liván Arronte, reconoció que, pese a la promesa de Miguel Díaz-Canel de que las reparaciones en las termoeléctricas cubanas permitirían remediar los apagones en el tórrido verano cubano, estos proseguirán durante un tiempo indeterminado.
«La situación del sistema energético es muy compleja y tensa, pero tiene solución; esta no es inmediata, es costosa, no será de manera inmediata y requiere materiales de importación y su fabricación en el país», dijo el funcionario durante una comparecencia en el programa televisivo de la Mesa redonda.
Arronte achacó al incendio ocurrido en la Termoeléctrica Lidio Ramón Pérez, de Felton, en Holguín, la situación actual. Este, aseguró, provocado por una avería en una caldera, «provocó daños en una de las columnas de la estructura, y con ello se perdió la reserva prevista para el verano y la reserva» necesaria para el sistema electro energético nacional.
«Las reservas de operación son insuficientes para cubrir la demanda del sistema» y ello es la causa de los apagones, indicó. «La reserva en Cuba debe ser de 500MW, que es el equivalente de la unidad 2 de Felton», dijo.
La situación es tan grave que, según refirió durante el programa Edier Guzmán Pacheco, director de Generación Técnica de la Unión Nacional Eléctrica, la reparación de la unidad 2 de Felton tomará «más de un año».
El ministro reconoció además que los apagones han sido constantes desde el 21 de junio de 2021, pero en las últimas semanas «las temperaturas calurosas aumentan la demanda» nacional.
Algunos de los recursos para reparar Felton y alistar otras instalaciones «se encuentran contratados y en proceso de embarcar hacia el país», dijo, pero achacó al embargo de EEUU, el aumento de los precios del combustible y a la situación económica internacional las dificultades que enfrenta su ministerio para resolver los problemas.
Según dijo, cada embarque de petróleo cuesta hoy entre 64 y 67 millones de dólares, y cada uno alcanza para unos nueve días de generación de electricidad.
«Sostener el sistema eléctrico cubano resulta costoso. Se requieren 250 millones anuales para mantener su funcionamiento, y ello no incluye el costo del combustible y las inversiones y mantenimientos», señaló.
«El sistema tiene una potencia instalada de 6.550MW y hoy están disponibles 2.500, para una demanda de 2.900MW», a los que se han sumado incrementos de la demanda del orden de los 100 MW por encima de los habituales en las últimas semanas.
Arronte recordó que Cuba tiene 20 unidades de generación, de las que 19 tienen más de 37 años de operación como promedio. «Una central termoeléctrica está diseñada para unos 25 años», señaló, y hoy hay «16 fuera de su ciclo de mantenimiento capital».
Asimismo, en el caso de los grupos electrógenos, que producen energía con fuel oil y diésel, estos están hoy al 30% y 44%, respectivamente. Ello, aseguró el ministro, debido a la «falta de recursos para ponerlos en operación», en referencia a la disminución de los envíos de combustible desde Venezuela, principal proveedor de la Isla y que ha incrementado sus exportaciones a Asia y Europa, en detrimento de su aliado político.
Los apagones han provocado ya estallidos sociales puntuales en la Universidad de Camagüey y Los Palacios, en Pinar del Río, así como cacerolazos y protestas nocturnas en diversas poblaciones.
Mientras los cubanos tratan de resistir cortes del servicio de hasta más de diez horas, una epidemia de dengue que ya ha provocado varias muertes, sobre todo de niños, se extiende. Los padres de la Isla se muestran impotentes durante las noches sin electricidad, que les impide espantar los mosquitos que transmiten la enfermedad.