El exembajador de Venezuela ante las Naciones Unidas, Diego Arria, dijo que llegó el momento de renovar la dirigencia política antichavista, manifestando sentir una gran decepción con la actuación de los partidos políticos de la oposición durante la llamada presidencia interina de Juan Guaidó.
Arria, quien habló en la noche del miércoles en Miami en un foro sobre Venezuela organizado por el Instituto Interamericano para la Democracia, acusó a los líderes de los principales partidos opositores de estar más interesados en defender sus intereses individuales que en emprender una verdadera lucha para sacar al régimen de Nicolás Maduro del poder.
El foro fue convocado para ampliar el pronunciamiento emitido previamente por el propio Arria en un video en el que dijo sentir una profunda decepción por la gestión de los partidos opositores.
“Colapsaron para mí gran parte de las esperanzas”, dijo Arria en el video. “Estoy llegando a una conclusión terrible de que lo que yo pensaba era una lucha emprendida para abonar el camino de la libertad en mi país (solo sirvió) para beneficiar a (Leopoldo) López, a (Julio) Borges, a (Hery) Ramos, a Guaidó, y a tantos otros que lo acompañaron, pero no era para rescatar a Venezuela”.
López, Borges y Ramos encabezan los principales partidos de la oposición venezolana.
Arria dijo durante el foro que los venezolanos han perdido toda la confianza en la dirigencia política del país, tanto del régimen como de la oposición, y en consecuencia reclaman “que se vayan todos”.
De producirse un cambio político en el país, añadió, éste será debido a algún evento fortuito, no planificado por la dirigencia política del país.
“Francamente creo que la única salida que tenemos en Venezuela es lo que llaman una causa sobrevenida, no anticipada, va a ser accidental”, dijo Arria en el coloquio realizado el miércoles en la sede del instituto. “No va ser porque nos pusimos de acuerdo… para emprender una lucha. No, va a ser algo que nosotros no hemos planeado”.
Pese al escenario político poco alentador en Venezuela, Arria dijo mantener las esperanzas de que se podrá salir eventualmente del régimen, pero para ello la sociedad debe primero decidir qué es lo que está dispuesta hacer y no esperar que venga alguien a solucionarle el problema.
“Los venezolanos nos acostumbramos con el petróleo que el Estado es el rico y entonces tengo que esperar que el Estado me brinde los beneficios. Pero la democracia no se reconquista así, porque nadie se los va a regalar”, dijo.
Entre tanto, algunas de las personas presentes en el coloquio dijeron no entender la decisión de los partidos de la oposición venezolana de realizar primarias este año para escoger a un candidato único que enfrentaría a Maduro en eventuales elecciones presidenciales.
“El temor que yo pienso que debemos tener es que se produzca una primaria y que esa primaria de un resultado y eso le de legitimidad a unas elecciones que la oposición, nosotros sabemos, no puede ganar. Porque como se dice popularmente es una pelea entre león y mono amarrado”, dijo el presidente del instituto y ex alcalde de Miami, Tomás Regalado.
Arria coincidió y dijo que efectivamente la decisión solo ha servido para confundir la opinión internacional sobre lo que está pasando en el país, con muchas personas preguntándose cómo es posible que la oposición organice primarias para ir a elecciones bajo una dictadura.
El director ejecutivo del instituto, Carlos Sánchez Berzaín, añadió que los “falsos líderes” y los integrantes de la “oposición funcional” le han causado un grave daño a los esfuerzos por recuperar la democracia en Venezuela. Pero advirtió que es un fenómeno que también padecen muchos otros países latinoamericanos.
Explicó que el fenómeno estuvo presente en Bolivia en el 2019, cuando el entonces gobernante Evo Morales se vio obligado a dejar la presidencia. En ese momento, “salió el dictador, pero no salió la dictadura”, dijo Sánchez Berzain.
“Porque llegó la presidenta y llegó un gobierno de transición a la democracia, y en verdad fue un gobierno de continuidad”, dijo Sánchez Berzain, sugiriendo que la incapacidad de Jeanine Áñez de convocar oportunamente nuevas elecciones en Bolivia crearon las condiciones para que el partido de Morales retornara al poder.