Familiares de los presos recluidos en el centro nacional de Procesados Militares de Ramo Verde, ubicado en Los Teques, capital del estado Miranda, denunciaron que la nueva directiva del penal, donde están más de 100 presos políticos, mantiene a reja cerrada las celdas de los internos.
Desde el pasado 13 de marzo, están prohibidas las visitas de familiares y abogados a los privados de libertad, a causa de evitar la propagación del COVID-19 en la población carcelaria al igual que todos los penales civiles del país.
Los familiares, señalaron que esta situación se ha agravado los últimas semanas luego del cambio de directiva del penal. «Les quitaron los horarios de recreación y no pueden salir de las celdas, están todos aislados», explicaron.
«El único rayo de luz que reciben viene de los pasillos y los ventanales, pero adentro están bajo llave», refirió Luis Pérez, cuñado de un coronel, que intentó este fin de semana llevar comida al penal.
Por igual, destacaron que estás últimas tres semanas han arreciado las medidas de control, en especial con el ingreso de alimentos.
«Los más afectados son quienes no tienen familiares cercanos porque no pueden traerles comida y deben conformarse con lo poco que le dan en el penal», dijo.
Agregaron que el pasado lunes desinfectaron los espacios del penal, luego de un traslado de internos desde el anexo militar de la cárcel de Santa Ana. «No sabemos a quienes trajeron ni sus condiciones de salud», dijeron.
Finalizaron agregando que tienen más de 100 días sin verlos ni ingresar al penal.
Redacción El Tequeño – PDG
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