La actriz habló por primera vez sobre cómo una intervención para extraer un pólipo le modificó su rostro por completo y la hundió en una profunda depresión. Cuáles son sus síntomas, cómo afecta a la vida diaria y por qué es tan importante identificarla a tiempo
Los riesgos al ingresar a un quirófano son muchos. Por más sencillo que sea el procedimiento a realizar, nadie está exento de las contingencias que allí pudieran suceder. Y más allá de las consecuencias físicas que pueden devenir de una cirugía, la salud mental también puede ponerse en juego y modificarse de la noche a la mañana.
Es lo que le sucedió a la actriz y cantante india Priyanka Chopra, quien luego de haber ganado el certamen de Miss Mundo y hallarse en pleno ascenso en su carrera artística, cayó en una profunda depresión a causa de una intervención en su nariz que no salió tal como estaba planeada.
La estrella de Citadel habló por primera vez del tema en una reciente entrevista en el programa de radio The Howard Stern Show en la que contó que un médico le recomendó que se quitara un pólipo nasal, una intervención que finalmente salió mal. “Fue una etapa oscura. Estas cosas pasan, mi rostro quedó completamente diferente y entré en una profunda, profunda depresión”, admitió.
La actriz, de 40 años, dijo además que la despidieron de tres películas después de la cirugía y agregó que realmente creía que su carrera como actriz “había terminado antes de que comenzara”.
Chopra recordó cómo la ayudó en ese momento el director de Bollywood, Anil Sharma. “Se suponía que yo iba a interpretar este papel principal, y me cambiaron a un personaje secundario”, le dijo al presentador Howard Stern durante la entrevista.
“Ese cineasta fue muy amable -detalló-. Mientras la marea estaba en mi contra, dijo, ‘Será una pequeña parte, pero dalo todo’. Y lo hice.’”
La situación afectó tanto la salud mental de Chopra que ni siquiera quería salir de casa. Fue animada por su padre, Ashok Chopra, que la instó a someterse a una cirugía correctiva. “Estaba aterrorizada, pero él me dijo ‘estaré en la habitación contigo’. Me tomó de la mano y me ayudó a recuperar mi confianza”, relató.
“Cada vez que me miraba en el espejo, veía a una extraña, pensé que no iba a recuperarme”, contó en su libro, Unfinished, sobre la mala experiencia que, finalmente luego de la segunda cirugía que resultó exitosa, quedó en el pasado. En ese momento la mujer se enfocó en tratar su cuadro de depresión, tomó las riendas de su carrera y comenzó a trabajar nuevamente.
Dismorfia corporal, o la capacidad de ver sólo los defectos del propio cuerpo
Conocida también como trastorno dismórfico corporal (TDC), es un tipo de trastorno obsesivo-compulsivo que “empuja” a las personas a buscar la perfección estética. Esto les lleva muchas veces a tener una autopercepción distorsionada de la propia imagen y que un pequeño defecto -o uno que ni siquiera existe- sea percibido como una alteración muy grave. Las personas afectadas se obsesionan con esas imperfecciones hasta llegar, por ejemplo, a desarrollar cuadros de ansiedad y, si se lo pueden permitir, a someterse a continuas cirugías estéticas con las que nunca quedan satisfechos.
Lo que ocurre es que las personas que padecen dismorfia corporal sufren ante el espejo, no pueden aceptar estas partes de su cuerpo que consideran que son diferentes y que a menudo son percibidas como defectos.
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