La cumbre del 25 de abril produjo un acuerdo en los países asistentes en los que los cuerpos diplomáticos acordaron tres puntos: condiciones justas para los procesos electorales, el levantamiento en paralelo de las sanciones a Venezuela y el retorno al diálogo de México.
Esos tres puntos serán presentados tanto al gobierno de Nicolás Maduro como a la Plataforma Unitaria, en reuniones que se darán en los próximos días, con representantes de los 20 países que se encontraron en Bogotá.
Pese a que los objetivos parecen ser puntuales, para los analistas la viabilidad de la implementación de estos posibles acuerdos se enfrenta a un gran reto: la falta de iniciativa por parte del gobierno de Nicolás Maduro el cual parece no estar interesado en retomar el diálogo de México, algo que plasmó al presentar una serie de condiciones que no dependen de la Plataforma Unitaria.
Los dos escenarios
El miembro de la delegación de la Plataforma Unitaria para el diálogo con el oficialismo, Gerardo Blyde, ofreció este 26 de abril una entrevista al periodista Román Lozinski en el que celebró que la cumbre haya vuelto a regresar el tema de Venezuela al plano internacional, esto a la par de vaticinar dos posibles escenarios para el proceso de diálogo.
En uno de estos escenarios, Blyde dice que está la posibilidad que no se retome el diálogo y que el gobierno decida avanzar en las elecciones sin dar garantías que generen un reconocimiento internacional. Comentó que en caso de que sea así, la crisis de legitimidad de Maduro se mantendrá así como el atrofio económico del país.
En un segundo posible escenario, Blyde dijo que se pudieran empezar a dar las garantías electorales recomendadas por la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea, lo cual daría paso al levantamiento progresivo de las sanciones y quizás una mejor realidad económica para el país.
Un Gobierno que todavía no pareciera que va a ceder
En la opinión del politólogo Fernando Spiritto, la presión que se pueda generar tras la realización de esta cumbre en Colombia, para que el chavismo retome el diálogo y además otorgue concesiones electorales, no es lo suficientemente fuerte.
El académico aseguró que “el Gobierno está hoy, sin lugar a dudas, mejor preparado para resistir la presión electoral”, un tema que además calificó como “cíclico” y que siempre hace que cuando se acerca una elección, la comunidad internacional se muestre más activa.
El Gobierno se acostumbró a ser un país aislado, tiene muchos años siendo un país muy molesto para las relaciones diplomáticas y en los últimos años el ascenso de Petro en Colombia le dio un poco de oxígeno. Se pensaba lo mismo con Lula, pero hasta ahora él no ha mostrado mucho interés en acercarse al caso venezolano”.
En ese sentido Spiritto dijo que existen motivos que impulsen nuevamente el interés en una solución a la crisis venezolana, como por ejemplo la escasez de petróleo como consecuencia del panorama geopolítico actual (la guerra en Ucrania), la comodidad del Gobierno a lo interno hace poco probable un cambio inmediato.
Yo no creo que el Gobierno ceda ante la presión externa, el tema de que esté cada vez más fuerte a lo interno del país le da más posición para resistir las presiones internacionales. El Gobierno está fuerte porque no hay una oposición fuerte y unida que le haga el contrapeso”.
Presión internacional más débil
A juicio del politólogo Enderson Sequera, la cumbre de Colombia y el proceso de negociación de México “chocan con el mismo obstáculo: la nula disposición del chavismo a ceder condiciones electorales que pongan en riesgo su permanencia en el poder a cambio del levantamiento de sanciones”.
Para Sequera, la debilidad opositora hace que en caso de que el chavismo “vuelva a patear la mesa de negociación” entonces enfrente como único costo político “la presión internacional”, una que de acuerdo con su lectura no sería tan fuerte como la que enfrentó anteriormente, en especial en 2019.
“En la actualidad, la comunidad internacional quiere que el caso Venezuela se estabilice, aumentar en el corto plazo la producción de petróleo dentro del país y tener a Venezuela como un suministrador confiable de energía. Esto significa que más que disposición a presionar al chavismo, hay un enorme interés de la comunidad internacional de conseguir una salida elegante a la crisis, salida que no tiene que significar, necesariamente, la recuperación de la democracia”, comentó.
Para Sequera, no hubo un gran ganador con la cumbre de Colombia, algo que cambia a lo que ocurría anteriormente cuando el chavismo “ganaba al comprar tiempo”. Él cree que , hasta cierto punto, todos los involucrados salieron perdiendo.
Perdió Petro, perdió la oposición, pero también perdió el chavismo al admitir que la investigación independiente de la Corte Penal Internacional les hace año y son una herramienta para negociar”, explicó.