La hora de la verdad se acerca en Estados Unidos y los candidatos echan el resto para destrabar el virtual empate. Donald Trump elevó el tono esta mañana en el puntapié de 48 horas antes del duelo con Kamala Harris, con un mitin en el que volvió a la carga con el fantasma del fraude electoral, una fórmula repetida de 2020 que también aplicó en esta campaña. “Están peleando muy duro para robarse esta maldita cosa”, advirtió el candidato republicano ante sus seguidores en Lititiz, Pensilvania, uno de los estados cruciales que definirán al ganador.
Además, en medio de la catarata de cifras de toda índole que circulan en medios y redes sociales, el expresidente republicano se mostró irritado por una serie de nuevas encuestas que lo muestran perdiendo algo de terreno frente a su rival. “Tenemos un grupo de tramposos que lo único que hacen es pensar en cómo pueden hacer trampa. Compito contra una máquina corrupta llamada Partido Demócrata”, arremetió Trump, afecto a las teorías conspirativas sobre un presunto robo electoral. “Son corruptos; dirán que quieren 12 días para saber quién ganó. Deberían meterlos presos. Sus encuestas también son corruptas”, insistió.
El tiempo que tomará el recuento de votos para definir al ganador fogoneó la ansiedad en Estados Unidos en los últimos días, luego de un turbulento proceso electoral que está muy cerca de llegar a su fin. “Se necesitan cuatro horas para completar la boleta” en Arizona, exageró el magnate en un momento de su discurso.
El estudio que más irritó a Trump llegó de un estado que estaba fuera del radar de las grandes disputas: Iowa, en el Medio Oeste del país, con mayoría población norteamericana blanca y que reparte seis votos en el Colegio Electoral. Allí el magnate se impuso con comodidad en las elecciones de 2016 y 2020, y nada hacía pensar que Harris pudiera arrebatarle ese estado… hasta anoche.
Una inesperada encuesta de Selzer & Co publicada por el diario Des Moines Register-Mediacom, tres días antes de las elecciones y hecha entre el 28 y el 31 de octubre, mostró a Harris con una inesperada ventaja allí: 47% a 44% (otros estudios dan ganador al republicano por amplio margen). ¿Será un factor sorpresa de último minuto? De confirmarse una batalla abierta allí, se elevarían de siete a ocho los estados en disputa.
“Ningún presidente ha hecho más por los productores [farmers] y por el gran estado de Iowa que Donald Trump”, escribió el expresidente en una publicación en su red social Truth Social esta mañana. “De hecho, ¡ni siquiera se le acerca! Todas las encuestas, excepto una muy inclinada hacia los demócratas por un enemigo de Trump que se equivocó totalmente la última vez, me dan una ventaja mucho mayor”, destacó. “Quiero a los agricultores y ellos me quieren a mí. Y confían en mí”, añadió. Más del 85% de las tierras de Iowa se emplean para la agricultura, y es un gran productor de maíz, cerdos, etanol y biodiésel.
La campaña de Trump, que muchos demócratas creen que prepara el escenario para una serie de impugnaciones legales a los resultados en caso de una eventual derrota, también dijo en un comunicado que la encuesta del Des Moines Register y una posterior publicada por el diario The New York Times son “usadas para impulsar una narrativa de supresión de votantes contra los partidarios” del republicano. “Algunos medios de comunicación están optando por amplificar una carrera frenética para amortiguar y disminuir el entusiasmo de los votantes”, añadió la nota.
El sondeo de Selzer & Co contradice los otros estudios en Iowa en una carrera que se ha caracterizado por unas encuestas muy ajustadas en los estados indecisos. Esto puede ser en parte un síntoma del llamado herding” de encuestas, por el que las empresas de sondeos tienden a un consenso y simplemente no publican cifras que parecen atípicas. Según expertos, ese sondeo en Iowa podría indicar que Harris está obteniendo mejores resultados entre los votantes blancos del Medio Oeste, y que eso podría tener implicancias para los estados vecinos de Wisconsin y Michigan, que tienen una demografía similar.
Esta mañana, The New York Times, en conjunto con el Siena College, publicó una nueva encuesta que anticipa una definición de photo finish, como se denomina a los cierres ajustados de las carreras deportivas. El sondeo mostró a Harris con leves ventajas en Nevada (tres puntos), Carolina del Norte (dos), Wisconsin (dos) y Georgia (uno), empates en Pensilvania y Michigan, y a Trump delante en Arizona (por cuatro puntos). En los siete estados, los resultados están dentro del margen de error.
“El panorama tan reñido significa que la carrera sigue siendo muy incierta a medida que la campaña entra en sus últimas horas”, señaló The New York Times. Cerca del 40% de los encuestados ya habían votado y Harris lideraba entre esos votantes por ocho puntos, mientras que Trump lo hace entre votantes que dicen que es muy probable que voten, pero aún no lo han hecho.
“Harris y Trump permanecen estancados en la última encuesta de The New York Times/Siena College, aunque puede haber un indicio de que ella mejoró en la recta final”, escribió Nate Silver, gurú de los promedios de sondeos. También señaló que un mayor nivel de respuesta a las consultoras de los demócratas blancos que de los republicanos blancos plantea “la posibilidad de que las encuestas subestimen a Trump una vez más”.
En tanto, en otra escalada de su violenta retórica, Trump dijo que no le “importaría” si alguien disparara al área donde los periodistas estaban reunidos en el mitin, al resaltar los esfuerzos del Servicio Secreto para protegerlo tras dos intentos de asesinato en su contra en esta campaña. En ese momento el expresidente señaló los paneles de vidrio blindado que lo rodeaban en el escenario al aire libre. “Todo lo que realmente tenemos aquí son noticias falsas, ¿verdad? Y para darme, alguien tendría que disparar a través de las noticias falsas. Y eso no me importa tanto”, dijo.
El comentario, que generó risas entre sus simpatizantes en las gradas, fue uno de varios ataques que Trump lanzó contra la prensa en su mitin, y llegó días después de su polémica sugerencia de que la exrepresentante Liz Cheney, hija del exvicepresidente Dick Cheney y figura republicana que se opone al magnate, debería tener armas “apuntadas a su cara”. “Es un halcón belicista radical. Pongámosla ahí con un rifle y con nueve cañones apuntándole. Veamos cómo se siente al respecto”, había dicho Trump el jueves.
Tras el mitin, el equipo de Trump buscó explicar los comentarios del expresidente sobre los periodistas. Steven Cheung, vocero de campaña, señaló en un comunicado que las declaraciones no tenían “nada que ver con que se perjudique a los medios de comunicación”, sino que se referían a las amenazas que el propio Trump recibió en campaña.
Por su parte, esta mañana Harris visitó una iglesia afroamericana en Detroit –tiene previstos otros mitines en Michigan–, donde insistió en su mensaje de que el país está listo para pasar la página del trumpismo. “Escribamos el siguiente capítulo de nuestra historia”, dijo, y agregó que Dios quiere “sanar y unir” al país. “No basta solo con rezar, no basta solo con hablar, debemos actuar en los planes que Él tiene reservados para nosotros. Y debemos hacerlos realidad a través de nuestras obras y en nuestra democracia”, completó la vicepresidenta, que afirmó haber votado por correo. La boleta va “camino a California”, declaró a los periodistas.
Anoche, Harris había estado en Nueva York para participar del Saturday Night Live, el famoso late show estadounidense de comedia. En el sketch conversó con una imitadora suya, encarnada por la actriz Maya Rudolph.