La familia del periodista Rory Branker sigue exigiendo a las autoridades información sobre su paradero, más de un mes después de que este fuera detenido y llevado a prisión por efectivos del Servicio Bolivariano de Inteligencia, el Sebin. Branker, de 43 años, es editor del portal informativo La Patilla, tradicionalmente uno de los más leídos del país, con una línea informativa crítica al oficialismo. Hoy solo puede ser leída en Venezuela instalando una VPN, una herramienta de internet para poder situar la IP del computador en otro país.
De acuerdo al testimonio de su madre, Cheryl Ann Branker, el periodista fue apresado en la mañana del 20 de febrero al momento de salir de su casa camino al trabajo, y no se ha vuelto a saber más nada de él. Sus familiares desconocen de qué se la acusa, aunque el ministro del Interior y de Justicia, Diosdado Cabello, segundo al mando en la revolución bolivariana, se refirió brevemente a su situación en su programa de televisión hace unas semanas. “Fue capturado por extorsionar a personas mediante la publicación de información falsa y otros delitos más”. No hay pronunciamientos al respecto del resto de los poderes públicos.
La Patilla, el medio donde trabaja Branker, es dirigida por Alberto Federico Ravel, un conocido periodista opositor al chavismo, hoy en el exilio, famoso por su actitud aguerrida y su línea informativa opuesta a los postulados chavistas, desde el canal informativo Globovisión, del cual fue director hasta 2013. Varios de los líderes más conocidos del chavismo le tienen una manifiesta inquina personal a Ravel, y lo han amenazado varias veces, acusándolo de conspirar contra el gobierno.
El ejercicio profesional de la información, y la libertad de expresión en términos generales, conocen en este momento sus horas más oscuras en muchas décadas en Venezuela. La interpretación chavista de la realidad campea en todas las emisoras con total impunidad y sin fisuras, como si en el país no hubiera sucedido nada en estos años.
La censura total o parcial se ha apropiado de casi todos los espacios de comunicación pública, incluyendo a las redes sociales. Los productores de las estaciones radiales y canales de televisión suplican a muchos de sus invitados una actitud moderada en la crítica para no despertar hostilidades. Todavía pueden escucharse ciertos comentarios discrepantes a los oficiales en los medios, pero son cada vez más atenuados y diagonales.
En este momento hay en el país 12 periodistas presos, una de las cifras más altas del hemisferio (hace 4 años no había ninguno). De ellos, cinco son también dirigentes políticos o activistas civiles. Algunos han sido detenidos en la cobertura de noticias. Además de Branker, están en este momento en prisión Julio Balza, Leandro Palmar, Salvador Cubillán, Biaggio Pillieri, Víctor Ugas, José Camero, Roland Carreño, Gabriel González, Luis López, Carlos Julio Rojas y Ramón Centeno. El Gobierno ha concedido medidas sustitutivas de excarcelación a otros.
Casi todos han sido detenidos en el marco de la arremetida represiva oficialista que se desató luego del anuncio de los resultados de las elecciones presidenciales del 28 de julio, en los cuales fue declarado ganador Nicolás Maduro, y que fueron objeto de enardecidas protestas en todo el país. De acuerdo a información del Instituto de Prensa y Sociedad, Ipys, 25 periodistas han tenido que cambiar de residencia. Once reporteros internacionales fueron deportados en este año electoral. Se endurecieron las condiciones del visado para los corresponsales extranjeros. Algunas agencias internacionales todavía mantienen su presencia en Venezuela con burós reducidos.
La organización documenta diversos relatos de fuentes cerradas por miedo a declarar; periodistas renuentes a firmar sus notas, e incluso periodistas negados a trabajar en este contexto. Después de las elecciones, de acuerdo a IPYS, se han concretado un total 38 bloqueos digitales a páginas web, la mayoría de ellas portales informativos.
No existe un solo medio independiente y crítico de importancia en el país cuya lectura digital no precise primero bajar una aplicación de VPN, un instrumento que ya es totalmente frecuente y cotidiano para muchos usuarios. Ahora muchos programas de opinión en los espacios radiales en Venezuela son pregrabados, y lo habitual es que primero los escrute el departamento de Consultoría Jurídica de cada estación.
“Los dirigentes del régimen están organizados para promover el miedo entre la gente, ese es el telón de fondo de este proceso”, afirma Gregorio Salazar, dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, SNTP. “En estos meses ha aumentado la censura, la autocensura y la migración de profesionales, o bien de la profesión, o bien del país.”