Un tribunal ruso condenó el lunes a 19 años de cárcel a un exmilitar y a un exparamédico que lanzaron cócteles molotov contra una alcaldía para protestar contra la movilización para combatir en Ucrania.
Esta es la condena más severa hasta la fecha por este tipo de ataques contra edificios oficiales, que han aumentado en toda Rusia desde el inicio de la ofensiva contra Ucrania.
Los dos hombres, Roman Nasriyev y Alexei Nuriyev, fueron condenados por un tribunal militar de Ekaterimburgo (Urales), entre otros cargos, por «actos de terrorismo» en banda organizada, informó la agencia estatal de noticias TASS.
Según los investigadores, a mediados de octubre, Nasriyev y Nuriyev que entonces trabajaban respectivamente en la Guardia Nacional y en el ministerio de Situaciones de Emergencia, habían roto durante la noche una ventana de la alcaldía de Bakal.
Posteriormente arrojaron varias botellas incendiarias contra el edificio, que también albergaba una oficina del censo militar, sin causar víctimas ni daños importantes.
Los dos acusados no negaron los hechos, pero rechazaron cualquier acto de terrorismo y dijeron que querían denunciar la campaña militar en Ucrania.
Sólo quería mostrar que en nuestra ciudad hay gente contra la movilización y la «operación militar especial» en Ucrania», declaró Nuriyev durante el juicio, citado por la ONG Zona Solidarnosti.
Los dos hombres, amigos de muchos años, tocaban juntos en una banda de rock, según los medios de comunicación rusos.
Desde el inicio de la ofensiva en Ucrania se han registrado en Rusia decenas de ataques similares contra edificios públicos, pero los cargos y las penas han sido hasta ahora menos severos.
Las autoridades rusas disponen de un amplio abanico de leyes para castigar a quienes se oponen a la ofensiva.
Cientos de activistas o simples anónimos que han expresado su disconformidad ya han sido multados o encarcelados.