La gira latinoamericana del líder opositor venezolano Edmundo González Urrutia ha parado en Perú, el segundo país que más compatriotas suyos ha acogido en el continente. El diplomático aterrizó en Lima la madrugada del martes tras su visita a Ecuador. Al igual que su homólogo Daniel Noboa, la presidenta, Dina Boluarte, lo recibió con los más altos honores, en la sede del Gobierno en Lima.
Si bien Boluarte cerró2024 como la presidenta menos popular de Sudamérica, con apenas un 3% de aprobación, la lucha tenaz de María Corina Machado y González Urrutia contra el régimen de Nicolás Maduro no les permite hacer distinciones. Contar con el apoyo público de otro gobernante los fortalece, así como a la sucesora de Pedro Castillo le viene bien una brisa de reconocimiento por secundar un ideal democrático.
“Lo repetimos para que se escuche y se lea en todo el mundo libre. Y para que tiemblen las tiranías. Lo reconocemos como presidente electo de Venezuela, país al que el Perú ha estado unido a lo largo de su historia, al que queremos como un hermano y al que siempre vamos a desearle lo mejor”, señaló Boluarte luego de investirlo con la Orden El Sol, en el Grado de Gran Cruz, la condecoración más alta que otorga el Estado peruano. Además, Boluarte subrayó que el 28 de julio del 2024 el pueblo venezolano lo eligió democráticamente.
En los comicios presidenciales del pasado 28 de julio, González obtuvo un aplastante triunfo (superior al 60%), según las actas del 83,5% de las mesas electorales difundidas por la oposición, frente a la negativa del régimen de Maduro a hacerlas públicas. Acompañado de su esposa, Edmundo González Urrutia denunció la “escala represiva sin precedentes” que ha convertido a Venezuela en la “mayor prisión de presos políticos en el hemisferio”, dijo. Remarcó que la lucha por la recuperación de la democracia en Venezuela es también la lucha de quienes “creen en la justicia y la dignidad humana”.
“La voluntad del pueblo es inquebrantable y no puede ser ignorada. Ese día superamos innumerables obstáculos impuestos por un régimen en un proceso electoral que de ninguna manera fue libre, justo, abierto ni competitivo. Sin embargo, a pesar de la represión y el abuso, nuestra voz resonó con firmeza. Exigimos la plena restitución de nuestras libertades y el inmediato retorno de nuestro país a la democracia”, clamó González Urrutia, quien vive exiliado en España. Maduro inició su tercer mandato el 10 de enero pasado.
Edmundo González Urrutia visitó por la tarde el Congreso de la República, donde también fue condecorado, aunque no hubo la misma unanimidad que en Palacio. El segundo vicepresidente de la Mesa Directiva, Waldemar Cerrón, de la agrupación de izquierda Perú Libre, no estuvo presente. Otros parlamentarios, como Guillermo Bermejo, de la bancada Juntos por el Perú – Voces del Pueblo, rechazaron categóricamente la presencia de González y fueron irónicos sobre su legitimidad. “Que firme, aunque sea un documento de gobierno. No puede hacerlo, porque no es presidente de nada. El Perú tiene que tener políticas serias. [Su condecoración] es una ridiculez”, expresó.
Bajo la misma tónica opinó Anahí Durand, exministra de la Mujer durante el periodo de Pedro Castillo: “La usurpadora Dina Boluarte, con 98% de desaprobación e implicada en corrupción y crímenes de lesa humanidad, recibió a Edmundo González, presidente imaginario de Venezuela, sin mando ni autoridad para coordinar la lucha contra la delincuencia o la situación de los venezolanos en el Perú”.
Poco antes de las siete de la noche, Edmundo González dio un mitin en la Plaza San Martín, desde el balcón del hotel Bolívar, en el Cercado de Lima. Con carteles en contra de Maduro y la bandera de Venezuela como estandarte, la multitud recibió entre aplausos a su líder y juntos cantaron el himno nacional. Fue el corolario de una jornada favorable. La oposición a Maduro obtuvo lo que vino a buscar a Perú: muestras de respaldo popular y gubernamental del país que alberga a más de un millón y medio de venezolanos.