Estados Unidos anunció este miércoles sanciones contra más de 300 personas y entidades, tanto en Rusia como fuera de sus fronteras, incluidas empresas chinas acusadas de vender chips a Moscú que se utilizan en la fabricación de armamento empleado en la guerra en Ucrania.
El anuncio, que afecta a entes e individuos de Asia, Oriente Medio, Europa, África, Asia Central y el Caribe, se produce justo antes del inicio, mañana, de la cumbre del G7 en la región italiana de Apulia (sur), en la que la guerra en Ucrania será uno de los temas centrales.
El objetivo de las sanciones es cortar la financiación al sector bélico de Rusia y evitar que el Kremlin eluda las sanciones impuestas por Washington y sus aliados tras la invasión de Ucrania en febrero de 2022, detallaron el Departamento de Estado y del Tesoro en dos comunicados.
En uno de esos comunicados, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, consideró que estas sanciones dejan a la economía rusa aún más «desesperada» para acceder al mundo exterior.
En el centro de las nuevas medidas se encuentra una expansión de las llamadas sanciones «secundarias», que otorgan a Estados Unidos la capacidad de incluir en una lista negra a cualquier entidad que realice negocios con entes rusos previamente sancionados.
Esta medida tiene como objetivo disuadir a las entidades financieras, especialmente en China, de respaldar económicamente los esfuerzos bélicos de Rusia.
El Departamento del Tesoro también implementó restricciones contra la bolsa de valores de Moscú con el fin de evitar que inversores extranjeros apoyen financieramente a empresas rusas del sector de defensa.
Asimismo, las sanciones afectan a varias empresas chinas a las que Washington acusa de vender chips a Rusia y de ayudar al Kremlin a acceder a equipos militares críticos para la guerra en Ucrania, como drones y láseres.
Estos chips son un aspecto clave de las sanciones porque, según Washington, Rusia todavía consigue chips de terceros países y los utiliza para construir misiles y otro tipo de armamento, a pesar de los esfuerzos de Occidente para limitar el acceso de Moscú a tecnologías que apoyen su esfuerzo bélico.
Otras de las sanciones se dirigen contra empresas «involucradas en el desarrollo de la futura capacidad de producción y exportación de energía, metales y minería de Rusia», según detalló el secretario de Estado Antony Blinken en una de las notas.
Aunque las medidas amplían el régimen de sanciones de Estados Unidos contra Rusia, hasta el momento el Gobierno de Joe Biden no ha impuesto sanciones directamente a bancos chinos o europeos que se sospecha están financiando la maquinaria bélica rusa.