La Justicia estadounidense recordó este jueves que Raúl Gorrín, uno de los testaferros del chavismo, es solicitado por lavado de dinero, un día después de que una corte norteamericana sentenciara a 15 años de prisión a Claudia Díaz y a Adrián Velásquez, la exenfermera y el exguardaespaldas de Chávez.
El dueño de Globovisión fua acusado en Florida de pagar millones de dólares en sobornos a Díaz y a Alejandro Andrade cuando ocupaban el máximo cargo de la Tesorería Nacional en Venezuela.
Gorrín, señala la acusación, «transfirió dinero electrónicamente para beneficio de Andrade y Díaz, incluidos recursos para jets privados, yates, casas, caballos campeones, relojes de alta gama y una línea de moda».
¿Quién es Gorrín?
A partir del año 2013 su nombre comenzó a vincularse con figuras de la “Revolución Bolivariana”, especialmente con la llegada de Maduro al poder en mayo de ese año y tras la compra del 80% de las acciones de Globovisión que, antes de caer en sus manos, era el primer canal de noticias de señal abierta en Venezuela crítico del gobierno del fallecido Hugo Chávez y que luego se convirtió en una televisora de contenido oficialista tras el despido de periodistas que denunciaron al aire la censura impuesta por la nueva directiva.
El también abogado chavista fue sancionado por la Oficina de Control de Activos extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos por haber pagado unos 159 millones de dólares en sobornos a altos funcionarios venezolanos para favorecer judicialmente a personas vinculadas al narcotráfico y a la guerrilla.
Amplió su trama de corrupción con el uso de bancos de inversión que le permitían operar en el mercado de divisas de Venezuela con dólares preferenciales que luego eran llevados a un sistema de lavado de dinero. Para ello, formó alianza con el banquero venezolano Gabriel Arturo Jiménez Aray para adquirir una entidad financiera en República Dominicana que les permitiera mover esos fondos “sin dejar rastro”.