Centenares de extranjeros y al menos 81 palestinos heridos pudieron cruzar la frontera hacia Egipto este miércoles 1, al abrir el gobierno de El Cairo ese resquicio de alivio a la crisis en la bombardeada y vecina Franja de Gaza.
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, celebró “la decisión de Egipto de aceptar a algunos heridos y enfermos de Gaza para recibir tratamiento”, por primera vez desde que Israel bloqueó la franja para iniciar su respuesta a los ataques de la milicia palestina Hamás el 7 de octubre.
Tedros advirtió, desde la sede de la OMS en esta ciudad suiza, que “no se debe desviar la atención de las necesidades mucho mayores de miles de pacientes en Gaza” y reiteró los llamados de las agencias de las Naciones Unidas a proteger los hospitales, así como a una “aceleración inmediata” del flujo de ayuda médica.
El martes 31 Gaza recibió el convoy más grande desde que se reanudaron las entregas de ayuda a través del paso fronterizo de Rafah el 21 de octubre, con 59 camiones que transportaban agua, alimentos y medicinas.
Pero Israel mantiene la prohibición de que ingrese combustible, “necesario desesperadamente para el funcionamiento de los equipos utilizados para salvar vidas”, según destacó la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU (Ocha).
Según la OMS, en la franja palestina de 2,3 millones de habitantes hay miles de civiles gravemente heridos, incluidos niños. Más de 1000 personas necesitan diálisis renal para sobrevivir, otras 2000 están en tratamiento contra el cáncer, 45 000 padecen enfermedades cardiovasculares y hay más de 60 000 con diabetes.
De las 50 000 mujeres embarazadas, 5500 deben dar a luz en los próximos 30 días. Las agencias de la ONU reportaron 34 ataques contra instalaciones sanitarias, 12 de los 35 hospitales ya no funcionan y 177 000 viviendas han sido destruidas o dañadas.
Las personas desplazadas dentro de la franja se estiman en 1,4 millones, y 689 000 han buscado refugio en 150 instalaciones dirigidas por agencias de la ONU.
Según el Ministerio de Sanidad de la Franja, los ataques israelíes han causado hasta la fecha 8800 muertos, de los cuales 3650 menores de edad. De su lado, el gobierno israelí indicó que los ataques de Hamás el 7 de octubre causaron 1400 muertes, centenares de heridos y el secuestro de 240 rehenes, incluidos niños.
En el puesto fronterizo de Rafah, ciudad en el extremo sur de la Franja, centenares de personas, en su mayoría extranjeros o palestinos con doble nacionalidad, han aguardado durante días para que se les permita pasar a suelo egipcio, lo que han conseguido este miércoles unas 500.
Mientras, las fuerzas armadas de Israel avanzan en su cerco y ataques a posiciones de Hamás, y el martes bombardearon el campo de refugiados de Jabalia, en el norte de la franja, causando centenares de víctimas.
“Decenas de civiles han muerto tras los recientes ataques al campo de refugiados de Jabalia. Esta solo la última atrocidad que ha sufrido el pueblo de Gaza”, deploró Martin Griffiths, secretario general adjunto de la ONU para asuntos humanitarios y coordinador de su socorro de emergencia.
Israel reivindicó que en el ataque a Jabalia murió Ibrahim Biari, un alto comandante de Hamás, y dio cuenta de la muerte de 15 de sus soldados en el norte de la franja.
Tras el ataque al campo de Jabalia, Bolivia rompió relaciones diplomáticas con Israel y los gobiernos de Chile y Colombia llamaron a consultas a sus embajadores en Tel Aviv, un paso diplomático que puede preceder a la ruptura.
Gobiernos latinoamericanos con persistentes llamados acerca del conflicto en curso en el Medio Oriente, como los de Brasil, Chile, Colombia y México, han pedido un alto al fuego, permitir la ayuda humanitaria urgente a Gaza, y abrir rutas a una paz negociada con base en una solución de dos Estados, Israel y Palestina.
El Medio Oriente está bajo la presión de que escale el conflicto. En Yemen, el movimiento chií que gobierna la zona norte del país declaró abiertamente la guerra a Israel y anunció que lanzará ataques contra ese país.
También intercambian ataques fuerzas israelíes y de la milicia Hezbolá, que actúa en el sur de Líbano. Israel, por otra parte, ha aumentado la presión y el control militar de Cisjordania, la zona palestina a su oriente que controla desde hace medio siglo.
Griffiths dijo en un comunicado que “esta es una crisis global, que requiere acción internacional antes de que se extienda mucho más allá de la región. El mundo parece incapaz o no dispuesto a actuar. Esto no puede continuar, necesitamos un cambio significativo”.
“Necesitamos que los rehenes sean liberados de forma inmediata e incondicional. Y que las partes en conflicto acuerden hacer una pausa en los combates”, expresó.
También “necesitamos poder proporcionar lo esencial para la supervivencia (en particular agua, alimentos, medicinas y combustible) de forma segura, inmediata y a escala. Los más de 200 camiones que han cruzado a Gaza hasta ahora tras arduas negociaciones ofrecen cierto alivio, pero no son suficientes”, indicó.
“Y necesitamos que quienes tienen influencia utilicen esa influencia para garantizar el respeto de las reglas de la guerra, reducir la intensidad del conflicto y evitar un desbordamiento”, insistió.
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