La Presidencia ucraniana anunció el miércoles que sus fuerzas recuperaron cinco localidades ocupadas por Rusia en la región meridional de Kherson, una de las que Moscú asegura haberse anexionado.
“Las fuerzas armadas de Ucrania liberaron cinco localidades más en el distrito de Berislav de la región de Kherson: Novovasylivka, Novogrygorivka, Nova Kamyanka, Tryfonivka, Chervone”, indicó la presidencia.
Las fuerzas ucranianas desplegaron desde hace semanas una contraofensiva en esta región controlada por las tropas rusas desde los primeros compases de la guerra.
A cientos de metros de distancia, tres enormes lanzacohetes rusos BM-27 Huracán han quedado reducidos a meros esqueletos de acero. En el frente sur, los soldados ucranianos, animados por sus recientes éxitos, quieren llegar a la ciudad de Kherson para navidad.
Enfrentado al principio a una fuerte resistencia rusa, el ejército ucraniano ha conseguido desde principios de octubre notables avances, especialmente a orillas del río Dniéper, al sur de la ciudad industrial de Kryvyi Rig.
“Los rusos dicen que han organizado su retirada, pero cuando organizas tu salida no dejas tus armas, tu ropa interior o tus almohadas”, se burla “Doc”, un socorrista, ucraniano.
Las fuerzas ucranianas desplegaron hace semanas una contraofensiva en esta región, controlada por los rusos desde los primeros compases de la guerra.
Este miércoles, la presidencia ucraniana anunció que sus tropas recuperaron cinco localidades más de esa zona: Novovasylivka, Novogrygorivka, Nova Kamyanka, Tryfonivka y Chervone, en el distrito de Berislav.
En la región, las tropas de Kiev atacaron puentes en varias ocasiones para perturbar el suministro logístico de las fuerzas de Moscú.
Kherson es una de las cuatro regiones de Ucrania que Rusia aseguró haber anexionado, una decisión no reconocida por Kiev ni por sus aliados occidentales.
“La moral del enemigo está en horas bajas y está en fuga. El segundo mayor ejército del mundo tiene miedo del número 22″, se jacta “Kappa” (protector bucal), comandante de una unidad de artillería.
“Deberíamos aumentar nuestra velocidad en lugar de reducirla para empujarlos al otro lado del río”, ya que los ucranianos han avanzado al oeste del río Dniéper, mientras que los rusos siguen controlando firmemente la parte oriental, agrega.
Pero la maniobra no parece evidente, ya que las posiciones se han congelado en los últimos días. Las tropas de Moscú se han reagrupado tras una nueva línea defensiva que han reforzado fuertemente incluso con hormigón. También llamaron a numerosos soldados como refuerzo.
Los ucranianos barrieron a su enemigo en el norte de la región de Kherson a principios de octubre gracias a que los rusos estaban en “inferioridad numérica”, explica George Barros, analista del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW).
ZAPORIZHZHIA SIN ENERGÍA
En la central nuclear sureña de Zaporizhzhia, rodeada por tropas rusas, la energía externa necesaria para sus cruciales sistemas de seguridad volvió a interrumpirse por segunda ocasión en cinco días, según anunció el director de la agencia de supervisión nuclear de Naciones Unidas.
Los observadores del OIEA en la central reportaron la interrupción y dijeron que los generadores diésel de emergencia mantenían en marcha el equipamiento de seguridad nuclear, indicó el director del Organismo Internacional de la Energía Atómica, Rafael Grossi.
“Esta pérdida reiterada de energía externa (…) es un acontecimiento muy preocupante y subraya la necesidad urgente de una zona de protección y seguridad nuclear en torno al lugar”, tuiteó Grossi.
También se reportaron nuevos ataques rusos en la cercana ciudad de Zaporizhzhia, según un funcionario local.
Por su parte, la principal agencia rusa de seguridad nacional anunció el miércoles la detención de ocho personas acusadas de estar implicadas en la explosión en el principal puente que conecta Rusia con Crimea
El Servicio Federal de Seguridad, conocido por el acrónimo ruso FSB, dijo haber detenido a cinco rusos y tres ciudadanos de Ucrania y Armenia por el ataque del sábado, que dañó el Puente Kerch entre Rusia y la Península de Crimea, una ruta crucial para pasajeros y mercancías, una obra millonaria auspiciada por el presidente de Rusia, Vladimir Putin.