El cantante Joaquín Sabina, que ayer se cayó del escenario del Wizink al terminar una canción, está siendo operado de urgencia en la Clínica Ruber Internacional por un hematoma intracraneal y un derrame cerebral provocado por un fuerte golpe en la cabeza (traumatismo craneoencefálico), según ha podido saber ABC.
Por abc.es
Parecía que todo había quedado en un susto. Pero finalmente, la caída de Joaquín Sabina ayer en el WiZink Center, en el día en que cumplía 71 años, ha sido más grave de lo que se esperaba.
El artista sufrió la caída cuarenta y cinco minutos después de que empezara el concierto. Joan Manuel Serrat había cantado «Mis amigos» y había ofrecido un discurso sobre la amistad. Entonces Sabina salió al escenario y, mientras hablaba y caminaba, se despistó y se precipitó por el foso de separación con el público, de unos dos metros de profundidad.
El músico fue evacuado consciente por los sanitarios, y unos minutos más tarde reapareció en silla de ruedas empujado por Serrat, para asegurar que estaba bien, pero que un golpe muy doloroso en el hombro le obligaba a irse al hospital y, por tanto, a cancelar el concierto.
Por ese motivo ingresaba en la Clínica Ruber Internacional de Mirasierra donde fue examinado y trasladado a planta mientras se le sometía a todas las pruebas necesarias. Allí permaneció hasta que fue ingresado en la UCI al detectarle un hematoma intracraneal y un «pequeño derrame» que ha obligado a intervenirle de urgencia.
El cantante había sufrido hace años un ictus y, probablemente, sea un paciente anticoagulado. Con tratamiento para facilitar la fluidez de la sangre, cualquier golpe se convierte en una situación de riesgo y es más probable sufrir una hemorragia cerebral como le ha ocurrido.