Marta tiene 14 años, abre su Facebook como de costumbre y encuentra en su muro un mensaje que la descalifica, haciendo burlas sobre su apariencia.
Primero pensó que se trataba solo de una broma. Algo esporádico, pero no, las bromas continuaron, se hicieron permanentes, incorporando otros contenidos humillantes y descalificadores.
Lo que más le dolía era que sus compañeros del liceo y también “amigos de Facebook” no la defendían, al contrario, un grupo se dedicó a escribir comentarios relacionados con el centro educativo donde estudia Marta que agravaban aún más su situación.
El ciberacoso es una forma de violencia realizada a través de las tecnologías. Cuando los niños, niñas y adolescentes se involucran, directa o indirectamente, en condición de víctimas o victimarios, usurpan el nombre de las víctimas, difunden acusaciones falsas, amenazan, calumnian, hostigan e incluso pueden inducir al suicidio, situaciones que dependiendo de la gravedad pueden constituir delitos.
¿Cómo enfrentamos el ciberacoso?
La familia es clave para la prevención del ciberacoso. Podemos explicarle a nuestros hijos que utilizar internet es como salir a la calle: hay que estar alerta por dónde te metes, con quién te comunicas, con qué te recreas.
Enseñarles el uso adecuado de las tecnologías. Pero antes tenemos que informarnos y formarnos sobre cómo utilizar adecuadamente estas herramientas. Podemos sentarnos con ellos y navegar juntos, aprender a utilizar las redes sociales, recordemos que saben mucho más de lo que podemos imaginar.
Actuar a tiempo. Con el ciberacoso se enmascaran otras situaciones, es una forma de violencia que no puede pasar desapercibida.
Si sabemos que nuestros hijos utilizan el ciberacoso como una forma de ganar popularidad, llamar la atención y adquirir poder es necesario solicitar apoyo especializado para indagar cuáles son las causas que hacen que se diviertan generando dolor y malestar a otros.
Enseñar la importancia de pensar antes de enviar. Es necesario apoyarlos para que tomen consciencia. Lo que se publica en internet o sale del celular deja huella aunque se borre, escapa para siempre de nuestro control y puede llegar a cualquiera en cualquier momento.
Denunciar cuando se es víctima de ciberacoso. Si algún adulto, adolescente o una persona que no se puede identificar, utiliza las redes sociales para dañar, desprestigiar, ofender, humillar, etc., es necesario que se haga la denuncia.
Las víctimas no deben borrar los textos, las imágenes o videos que sirvan para demostrar el coso.
¿Qué hacer cuando se es víctima de ciberacoso?
Actuar cuanto antes, el ciberacoso es una forma de violencia que no puede pasar desapercibida. Si no se actúa a tiempo puede dejar marcas emocionales que repercuten en la salud física y emocional, rendimiento escolar y que en casos extremos puede llevar a atentar contra la propia vida.
Escuchar sin juzgar. Es muy importante que las personas víctimas de ciberacoso se sientan apoyadas, contando con el soporte emocional que les permita recuperar la confianza en sí mismos.
Si no se cuenta con las herramientas para apoyar a nuestro hijo o estudiante es importante buscar asesoría profesional, especialmente cuando se torna depresivo, pierde el interés por el entorno, se resiste a ir al centro educativo, cambia sus hábitos alimenticios, consume alcohol o drogas, presenta trastornos de sueño, se enferma con frecuencia, se torna violento u hostil, amenaza con quitarse la vida o incluso realiza intentos de suicidio.
El modelo que podamos brindarle es muy importante. Comportarnos de una manera responsable cuando usamos las redes sociales va a ser nuestro principal soporte a la hora de afrontar juntos las situaciones que se les presentan en el día a día. La construcción de una ciudadanía digital como un espacio que transitamos, adultos, niños, adolescentes posibilita un encuentro sano intergeneracional.
Fernando Pereira | @cecodap | @fernanpereirav
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