El Cártel de Sinaloa fue acusado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos de ser la organización criminal de tráfico de drogas dominante en el Hemisferio Oeste, además de ser la responsable de la masiva infección de fentanilo que ha provocado una crisis de salud pública en el país de las barras y las estrellas los últimos ocho años.
Agencias de seguridad estadounidenses informaron la tarde del pasado viernes 14 de abril que es la facción de Los Chapitos la que se ha encargado de encabezar y coordinar la más larga, violenta y prolífica operación del tráfico de fentanilo en el mundo.
No obstante, para que Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Jesús Alfredo Guzmán Salazar y Ovidio Guzmán López -hijos del fundador del Cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán- lograran posicionarse en la cúpula del trasiego del potente opioide sintético, no solo tuvieron que buscar socios en diferentes partes del mundo, sino que también instalaron narcolaboratorios en las entrañas de la sierra de Sinaloa y experimentaron cruelmente con sus rivales para probar la fórmula de la droga que ha cobrado la vida de más de 100 mil estadounidenses.
Cómo fabrican fentanilo Los Chapitos
Información de la acusación sellada presentada ante el Distrito Sur de Nueva York y consultada por Infobae da cuenta de cómo los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán lograron dominar el tráfico de fentanilo a Estados Unidos al aliarse con compañías chinas que les proporcionan los precursores químicos necesarios para la fabricación del opioide sintético.
Fue en 2014 cuando Los Chapitos comenzaron a fabricar fentanilo en un laboratorio improvisado ubicado en una modesta casa de Culiacán, Sinaloa. Las primeras operaciones consistieron en guardar la producción en casas de seguridad para posteriormente empacar la droga y enviarla hasta Tijuana para ser traficada en la frontera.
El potente efecto del opioide sintético y su facilidad para enganchar consumidores provocaron que la demanda de fentanilo aumentara y, en consecuencia, su producción creció exponencialmente.
Los Chapitos emplearon a expertos químicos -conocidos también como cocineros- para sintetizar el fentanilo y combinarlo con otras sustancias, de modo que en algunas casas pequeñas de los alrededores de Culiacán se comenzaron a instalar laboratorios que poco a poco se fueron adaptando con equipos más sofisticados como estufas industriales y prensas para píldoras que permitieron fabricar grandes cantidades del opioide sintético bajo la protección de cuerpos de seguridad de los hijos de “El Chapo” que resguardaban las operaciones con armamento de grado militar.
Los experimentos en sus rivales
La crisis que el fentanilo ha dejado a su paso por Estados Unidos está relacionada a los efectos que el potente opioide genera; bastan con tan solo dos miligramos para provocar una sobredosis mortal entre los consumidores.
Aunque documentos judiciales de Estados Unidos aseguran que tanto Iván Archivaldo Guzmán Salazar como Ovidio Guzmán López saben que la droga que producen y trafican es mortal esto no ha detenido su negocio, por el contrario, han buscado “inundar de drogadictos” las calles de Estados Unidos, según una declaración del hijo mayor de “El Chapo” recuperada por la DEA.
La acusación sellada del Distrito Sur de Nueva York consultada por Infobae da cuenta de que Los Chapitos cuentan con la capacidad técnica para probar la pureza del fentanilo que producen en sus laboratorios, no obstante, algunos de los miembros de la organización criminal han recurrido a métodos crueles y peligrosos para testear su producto.
Por ejemplo, el documento judicial señaló a Néstor Isidro Pérez Salas -alias el Nini- y a Humberto Figueroa Benítez -alias el 27-, de probar el fentanilo en una mujer que se les había ordenado asesinar.
Sin embargo, en lugar de dispararle, los integrantes del cuerpo de seguridad de Los Chapitos le inyectaron en repetidas ocasiones una potencial dosis de fentanilo hasta que finalmente sufrió una sobredosis y murió.
Dicho “método de prueba” realizado tanto por el Nini como por el 27 se repitió con al menos otros tres de sus rivales que mantuvieron atados en uno de los narcolaboratorios, según da cuenta la acusación sellada presentada ante el el Distrito Sur de Nueva York. Del mismo modo, tres cocineros que trabajaban en los laboratorios de Los Chapitos han muerto tras probar el fentanilo que producían.