El derrumbe del régimen sirio pone al descubierto un narcoestado dedicado al tráfico de captagon

Redaccion El Tequeno

Desde la caída de Bashar al-Assad, se han descubierto fábricas y almacenes de captagon en lugares pertenecientes al régimen depuesto. Los combatientes del grupo islamista HTS han prometido acabar con el tráfico de esta droga sintética, muy apreciada en los países del Golfo.

RFI

Con la caída del régimen de Damasco, los sirios están descubriendo la otra cara del “sistema Asad”. Están las cárceles y las terribles condiciones de detención, pero también la amplitud del tráfico estatal de captagon.

Videos filmados y difundidos desde el 8 de diciembre por combatientes islamistas rebeldes de Hayat Tahrir al-Sham (HTS) muestran vastos hangares y almacenes utilizados para guardar captagon. En estas imágenes, miles de pequeñas píldoras marrones aparecen ocultas en el interior de máquinas, en bobinas de cobre o en fruta, presumiblemente con vistas a su exportación.

“Los videos también dan fe de la existencia en Siria de laboratorios utilizados para producir captagon a escala industrial. Al menos dos de ellos han sido identificados en Duma, al norte de Damasco, y en Latakia, en la costa siria”, explica Caroline Rose, observadora del tráfico y directora del New Lines Institute, instituto de investigación con sede en Washington. “No cabe duda de que habrá más”, afirma.

Captagon “producido a nivel sistémico”

¿Qué tienen en común estos almacenes y hangares? Todos están situados en lugares clave del antiguo régimen y están vinculados a personas muy próximas a Bashar al-Asad, entre ellas su hermano Maher, jefe de la Cuarta División, la unidad de élite del ejército sirio, que no aparece por ninguna parte y es señalado como uno de los jefes de la red de tráfico de captagon.

“Las imágenes que acabamos de ver corroboran las pruebas que hemos acumulado en los últimos años”, afirma Caroline Rose. “Teníamos razón, Siria era un ‘narcoestado’ con un régimen implicado en la producción y el tráfico de captagon a nivel ‘sistémico’. Organizaba y ocultaba el tráfico de esta droga, probablemente siguiendo instrucciones del propio Bashar al-Assad”, sostiene.

Ganancias financieras e influencia diplomática

El antiguo amo de Damasco -ahora refugiado en Moscú- pudo recurrir al maná financiero del captagon para eludir las sanciones occidentales y rescatar una economía maltrecha por trece años de guerra.

Desde la caída de Bashar al-Assad, se han descubierto fábricas y almacenes de captagon en lugares pertenecientes al régimen depuesto. Los combatientes del grupo islamista HTS han prometido acabar con el tráfico de esta droga sintética, muy apreciada en el Golfo.

Barata y fácil de producir, esta droga sintética, derivada de un medicamento utilizado para tratar la narcolepsia o el trastorno por déficit de atención, se fabrica desde los primeros años del conflicto en Siria. Las pastillas se enviaban principalmente a los Estados del Golfo a través de Jordania e Irak. Para 2021, el tráfico de captagon habría generado 5.700 millones de dólares, según el New Lines Institute.

Más que una simple ganancia financiera, el captagon también ha servido como palanca de presión diplomática. Gracias a la promesa de Bashar al-Asad de combatir el tráfico, Siria recuperó su puesto en la Liga Árabe en 2023, después de haber sido expulsada tras la sangrienta represión del levantamiento popular de 2011.

Miles de pastillas quemadas

Nada más entrar en Damasco el 8 de diciembre, el nuevo hombre fuerte de Siria prometió erradicar el narcotráfico. Durante su primer discurso en la Gran Mezquita Omeya, el líder del grupo islamista HTS, Abu Mohammed al Jolani, acusó al “tirano” de haber transformado el país en el “mayor fabricante de captagon del mundo” y prometió “purificar” Siria.  En los últimos días, combatientes del HTS se han filmado quemando miles de pastillas en el aeropuerto militar de Mazzeh, a las afueras de Damasco.

“Las instalaciones en Siria van a ser desmanteladas”, predice a RFI un experto en tráfico. “Y el tráfico debería desplomarse, pero en Líbano, Hezbolá sigue dirigiendo fábricas, así que es demasiado pronto para decirlo. Captagon no puede desaparecer de la noche a la mañana porque la demanda sigue ahí”, señala Caroline Rose. “Sin duda, los traficantes buscarán nuevos centros de producción fuera de Siria, en Líbano, que ya es el caso, y en Irak e incluso Kuwait, donde ya se han identificado centros de producción”.

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