Un descendiente de la dinastía rusa Romanov, que fue derrocada en la revolución de 1917, se casó en una lujosa ceremonia en San Petersburgo.
El gran duque Jorge Mijáilovich Romanov y su prometida Rebecca Virginia Bettarini se casaron este viernes.
Se trata de la primera boda real en más de un siglo.
La última pareja en casarse fue el príncipe Andrei Alexandrovich de Rusia y Elisabetta di Sasso-Ruffo en junio de 1918.
Entre los invitados extranjeros se encontraban el príncipe Rodolfo y la princesa Tilsim de Liechtenstein, y la exrealeza búlgara.
El bisabuelo de Mijáilovich, el gran duque Kirill Vladimirovich, huyó de Rusia durante la revolución bolchevique.
Vladimirovich era primo del último zar de Rusia, Nicolás II, quien fue asesinado por un pelotón de fusilamiento revolucionario junto a su esposa y cinco hijos en 1918.
La dinastía Romanov gobernó Rusia durante más de tres siglos antes de que Nicolás II abdicara a principios de 1917.
Esto allanó el camino para la revolución bolchevique y 70 años de gobierno comunista.
Ceremonia
El clero ortodoxo ruso llevó a cabo la elaborada ceremonia en la catedral de San Isaac.
La lista de invitados de alrededor de 1.500 personas incluía otros nombres prominentes como Konstantin Malofeyev, un monárquico y multimillonario con estrechos vínculos con el Kremlin, y la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zakharova.
Romanov, de 40 años, estudió en Oxford pero ha pasado la mayor parte de su vida en Francia. Ha trabajado en el Parlamento Europeo y en el gigante minero ruso Norilsk Nickel.
La pareja se mudó a Rusia hace tres años.
Galina Bobrova, una residente local, le deseó «felicidad» a la pareja.
«Para nosotros la monarquía es algo del pasado, por supuesto, pero es interesante», le dijo la mujer a la agencia de noticias AFP.
El portavoz del presidente ruso Vladimir Putin dijo a los reporteros que el Kremlin le desea lo mejor a todos los recién casados, pero agregó: «Este matrimonio no pertenece a nuestra agenda de ninguna manera».