Hace apenas un mes, Abby Choi estaba en la semana de la moda de París codeándose con la jet set capitalina en una fiesta de Dior. Así lo demuestran las stories que subió a su cuenta de Instagram, donde tiene 110.000 seguidores. Su última publicación en esa red social fue hace poco más de una semana, cuando compartió una captura de la portada de la revista parisina L’Officiel Monaco en la que salía luciendo un vestido de la estilista tunecina Souhir El Gabsi y joyas de Anna Hu, la diseñadora que se ha convertido en una de las joyeras de referencia de las estrellas de Nueva York.
Tras su paseo por París, Choi, modelo e influencer honkgonesa de 28 años, regresó a Hong Kong. Allí se le perdió la pista el 22 de febrero. Su familia denunció entonces su desaparición. No se supo nada más de ella hasta un par de días después, cuando la policía encontró parte de su cadáver, mutilado, en un apartamento que tenía alquilado al norte de la ciudad.
Alguien había descuartizado a la modelo y repartido sus restos por toda la casa. Sus piernas desmembradas estaban en un congelador, sus costillas metidas en una bolsa y su cabeza dentro de una olla de acero. Los agentes, encontraron, junto con los restos, una picadora de carne, un martillo y una sierra eléctrica. Los focos rápidamente apuntaron a la ex familia política de Choi, que llevaba divorciada desde 2017.
EL EX MARIDO, DETENIDO CUANDO TRATABA DE HUIR
El sábado, el ex marido de la modelo, Alex Kwong, fue detenido en el muelle de una de las islas periféricas de Hong Kong. El superintendente de policía Alan Chung, durante una rueda de prensa celebrada para explicar los avances del caso, dijo que Kwong trataba de huir en una moto de agua. Un día antes, el hermano y los padres del ex marido de la modelo habían sido detenidos mientras la policía continuaba buscando por el apartamento alquilado y otras partes de la ciudad más restos del cuerpo, incluidos el torso y las manos, que siguen desaparecidos.
Los apuntes de la investigación que han recogido medios locales como el diario South China Morning Post revelan que Choi estaba envuelta en una disputa financiera con la familia de su ex marido por una propiedad de lujo en Kadoori Hill, uno de los barrios más exclusivos de la ex colonia británica. Todavía no han trascendido más detalles. El domingo salieron publicadas las últimas imágenes que hay de Choi, gracias a las capturas de unas cámaras CCTV, en las que aparece caminando en la calle el martes por tarde. La modelo iba a recoger a su hija al colegio. Nunca se presentó en el centro.
Este lunes, el ex marido Alex Kwong, su hermano Anthony y su padre, un ex policía llamado Kwong Kau, comparecieron en un tribunal hongkonés, acusados de asesinato. La ex suegra de la víctima, Jenny Li, también permanece detenida porque los agentes la acusan de “pervertir el curso de la justicia”, en referencia a que habría entorpecido la investigación policial ocultando información relevante del caso. A los cuatro acusados se les ha negado la libertad bajo fianza.
Choi y su ex marido Kwong se casaron cuando ambos acababan de cumplir 18 años. Tuvieron dos hijos, uno de ocho años y otra de 10. Con su actual pareja, Tam Chuk Kwan, la modelo tenía otros dos hijos. “Crio a cuatro niños guapos y obedientes. Ha sido una bendición ser la familia o amiga de Abby. Era una buena persona y de buen corazón que siempre quiso ayudar a los demás”, declaró a los medios el fin de semana Tam a través de un amigo de la familia.
El asesinato de Abby Choi llevaba dos días siendo tendencia en Weibo, el hermano chino de Twitter, con más de 300 millones de visitas, hasta que el domingo por la tarde, cuando saltó la noticia de que su cabeza se había encontrado decapitada en la olla, el hashtag del tema se eliminó.
La web What’s on Weibo, que monitoriza la actividad diaria de la red social más famosa en el gigante asiático, destacaba que a muchos usuarios este terrible suceso les recordaba a otro que hubo hace una década también en Hong Kong: una pareja de 63 años fue asesinada por su hijo, quien descuartizó los cadáveres, los cocinó y los guardó en la nevera.