Este martes, el papa francisco recibió en el Vaticano a varios niños ucranianos que escaparon de la guerra y pidió a los feligreses «no olvidar al pueblo ucraniano».
Durante el acto, el sumo pontífice recibió una bandera de Ucrania que había ondeado en la ciudad de Bucha, escenario de una de las masacres más crueles perpetradas por las tropas de Putin en las últimas semanas.
Francisco se inclinó y beso el estandarte al tiempo de comentar que la bandera «venía de la guerra».
“Estamos asistiendo a la impotencia de las Organizaciones de las Naciones Unidas”, expresó.
También invitó a subir a algunos menores refugiados que acaban de llegar a Italia.
“Estos niños han tenido que huir y llegar a una tierra extraña esto es uno de los frutos de la guerra. No olvidemos y no olvidemos al pueblo ucraniano. Es duró ser erradicado de tu tierra por una guerra”, añadió mientras entregaba a los pequeños unos huevos de pascua.
El pasado 21 de febrero, Vladimir Putin reconoció a Donetsk y Lugansk como repúblicas independientes. Estos territorios, mayoritariamente rusoparlantes, son considerados como ucranianos por parte de Kiev y gran parte de la comunidad internacional, sin embargo, Rusia ha esgrimidos argumentos históricos para calificarlos como naciones autónomas.
La crisis entre ambos países empeoró, tras la orden del Kremlin de invadir esa zona, con la intención de «pacificar y mantener la paz».
Tres días después, inicio de la operación militar con la excusa de «proteger» a la población rusa en esas regiones controladas desde 2014 por las milicias separatistas prorrusas apoyadas por Moscú.
