Hace cuatro años que Janney Andara dejó atrás su Venezuela natal para instalarse en el sur de Florida. A pesar de la distancia y del tiempo que ya lleva en Estados Unidos, asegura que sigue muy de cerca todo lo que ocurre en su país porque su intención es “la de regresar más pronto que nunca”.
Admite estar “decepcionada” con el rumbo que sigue tomando su país después de las elecciones presidenciales, que han sembrado muchas dudas en la comunidad internacional por la falta de transparencia en el conteo de los resultados que, según el Consejo Nacional Electoral, dio la victoria al presidente Nicolás Maduro.
Ella junto a varios compatriotas no se lo ha pensado dos veces para tomarse unos días libres y desplazarse hasta la sede central de las Naciones Unidas, donde se está celebrando la 79ª Asamblea General con la participación de jefes de Estado y líderes mundiales para abordar algunos de los problemas más importantes del momento con un impacto global.
“Me mueve mi causa de Venezuela, porque como venezolana siento que el mundo entero debe saber lo que nos pasa”, explica la mujer de 47 años a la Voz de América.
Asegura que la movilización de los venezolanos en el exterior “es clave” para que la comunidad internacional no se olvide de lo que está ocurriendo en el país latinoamericano y “se aboque a ayudar a Venezuela para que nosotros salgamos de esta despiadada dictadura que tenemos de Nicolás Maduro”.
Es el mismo sentimiento que comparte Javier Veda, otro venezolano de 23 años, que hace menos de un año llegó a Estados Unidos en busca de una vida mejor. Desde aquí sigue movilizándose en “representación de esos jóvenes que hoy en día están arrestados por protestar”.
“No podemos salir a las calles porque si salimos con una bandera o con cualquier otra cosa en contra de Maduro nos arrestan”, expresa con la esperanza de que su voz sea escuchada por los “países que defienden la libertad” en las Naciones Unidas.
Valentina Garmendia, que forma parte de un grupo de voluntarios en Estados Unidos que se han estado movilizando en las últimas semanas para organizar varios actos de protesta contra Nicolás Maduro, confiesa que “el proceso de libertad va a ser largo” pero no desiste en sus intenciones.
“Acá hay el desafío de todo un país y de todos los que estamos en el exilio porque no podíamos seguir en Venezuela, ya sea porque nuestras vidas corrían peligro o por la necesidad de ayudar a nuestras familias, de no callarnos”, dice al tiempo que denuncia que “lo que hoy estamos haciendo acá no se puede hacer en Venezuela”.
“La gente en Venezuela tiene miedo, está siendo maltratada, está sufriendo, está siendo reprimida, censuran los medios de comunicación”, agrega al respecto.
Maduro critica los esfuerzos de “desestabilización” desde EEUU
La semana pasada, el presidente Nicolás Maduro denunció lo que califica como esfuerzos de desestabilización contra Venezuela orquestados desde Estados Unidos durante una conversación telefónica con el Secretario General de la ONU, António Guterres.
De acuerdo con un comunicado emitido por el gobierno venezolano, Maduro expresó que los «intentos de desestabilización y conspiraciones promovidas desde territorio estadounidense» representan una «violación flagrante del derecho internacional y de la Carta de las Naciones Unidas».
Recientemente, Caracas criticó el «total desprecio por el derecho internacional» por parte de Washington, en referencia a las nuevas sanciones impuestas a altos funcionarios venezolanos.
Durante la llamada, Maduro también alertó al jefe de la ONU sobre el riesgo de futuras «agresiones externas» contra su país, mencionando graves acusaciones como la contratación de mercenarios para llevar a cabo intentos de asesinato.
El canciller estará en la ONU en representación de Venezuela
Está previsto que este miércoles el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Yván Gil Pinto, sea el representante que pronuncie su discurso ante el pleno principal de la ONU y se espera que en su alocución haga alusión precisamente a las denuncias que trasladó Maduro al máximo responsable del organismo internacional.
Franklin Gómez, otro exiliado que hace unas semanas realizó una huelga de hambre frente a la ONU para protestar por la situación en Venezuela, seguirá postrado en la calle a lo largo de este miércoles para seguir alzando la voz “por todos los que no pueden” y para “defender la libertad de un pueblo”.
“Los más de 8 millones que estamos en el extranjero sentimos esa impotencia, el hecho de no poder participar activamente en Venezuela. Tenemos la necesidad de que la voz de las personas que están en Venezuela sean escuchadas”, apunta convencido de que “estos son espacios en los cuales tenemos que aprovechar y es lo que queremos hacer”.
En esa línea, Valentina Garmendia defiende que estas movilizaciones sí que sirven, al menos, para presionar a la comunidad internacional.
“Estamos dando a demostrar de que si hay un representante de Nicolás Maduro, aquí afuera estamos 100 representantes de María Corina Machado y todos estamos defendiendo la libertad”, asegura.