“Este año es el de peores resultados para los salarios de los venezolanos”, dijo el analista laboral Héctor Lucena. Las políticas económicas del régimen han terminado de hundir los ingresos de buena parte del sector público.
Por José Rivas |Correo de Caroní
El salario mínimo ha tenido al menos cuatro ajustes por año desde 2013 -cuando Nicolás Maduro llegó al poder- a 2018 para un total de 30 aumentos en ese periodo. Sin embargo, a finales de diciembre 2020 solo ha habido dos aumentos oficiales en lo que va de año, el primero en enero y el último en mayo, ambos evaporados antes de entrar en vigencia.
Pese a que durante los últimos años el salario se mantuvo entre 1 y 5 dólares, este año hubo un descenso aún más profundo. A finales de septiembre, el salario mínimo equivalía a 0,90 centavos de dólar. “No es factible para uno”, dijo una trabajadora de la administración pública que pidió mantener su nombre en reserva. Relató que con lo que cobra apenas puede comprar uno o dos alimentos. “Fue uno de los peores años”, señaló.
Para sobrevivir le ha tocado depender de las reparaciones de electrodomésticos que hace su esposo y de los bonos entregados por el Estado que, aunque no le permiten una vida digna, la ayudan a completar el dinero para pagar otros gastos.
Desde octubre, y con un crítico salario mínimo de 400 mil bolívares, el régimen empezó a pagar -sin publicarlo en Gaceta Oficial- 1 millón 200 mil bolívares de salario, el equivalente a 1,2 dólares a mediados de diciembre.
Héctor Lucena, especialista en relaciones laborales y profesor de la Universidad de Carabobo, comentó que “sin duda, este año es el de peores resultados para los salarios de los venezolanos”. Consideró que el 2020 fue el año de la destrucción del trabajo.
Para Lucena, la precarización del salario es un tema de Estado. “La política económica vigente destruye empleos y empresas, a cambio de crearlos en otros países de donde proceden las importaciones que sustituyen producción nacional”, expresó.
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