Los 21.000 millones de dólares que se calculan dentro de una trama de corrupción en la industria petrolera de Venezuela representan tres veces el presupuesto fiscal de este año y solo una fracción serviría para triplicar el salario de los empleados públicos en la nación, según los economistas.
El gobierno de Nicolás Maduro anunció la detención de una veintena de funcionarios, jueces, políticos y empresarios vinculados al Partido Socialista Unido de Venezuela como parte de una investigación por corrupción en la empresa estatal PDVSA.
Maduro dijo estar liderando “personalmente” las investigaciones, mientras que uno de sus principales colaboradores y presidente del Parlamento, Jorge Rodríguez, adelantó que vendrían más detenciones en los próximos días. El escándalo incluyó la renuncia del zar petrolero y figura prominente del chavismo, Tareck El Aissami.
El desorden contable en PDVSA involucra la acumulación de 21.200 millones de dólares en cuentas comerciales por cobrar en los últimos tres años, entre una red de intermediarios poco conocidos o que operan con opacidad para exportar el petróleo nacional entre sanciones económicas de Estados Unidos, reportó la agencia Reuters.
De acuerdo con documentos proporcionados por PDVSA a la Fiscalía venezolana durante una larga auditoría de sus procesos de venta, a los que tuvo acceso Reuters, solo se ha podido confirmar la recepción de 4.080 millones de dólares de los 25.270 millones de dólares en exportaciones petroleras facturadas entre enero de 2020 y marzo de 2023.
Según esas investigaciones, hasta el 84 % de las exportaciones petroleras de los últimos tres años nunca entró a las arcas del Estado venezolano o no se registraron formalmente.
“Eso es tres veces el presupuesto a la nación aprobado en diciembre por la Asamblea Nacional para la gestión fiscal de 2023, que equivale a 7.000 millones de dólares”, subraya el economista y profesor titular de la Universidad Central de Venezuela Leonardo Vera.
Teme que las investigaciones confirmarán el “muchísimo desorden” existente en los libros contables de la empresa estatal petrolera, que aporta la mayor parte de las divisas al Estado venezolano, a pesar de las sanciones económicas y de su crisis de los últimos 20 años.
Absoluta oscuridad
Petróleos de Venezuela pasó de producir 3 millones de barriles de petróleo al día en 1999 a rondar los 700.000 barriles por jornada debido a malas prácticas administrativas, la salida de la mayoría de su mano de obra calificada, la falta de mantenimiento de sus áreas operativas y, últimamente, las sanciones, según denuncias de sindicalistas y expertos.
Apenas ganó la mayoría del Parlamento en diciembre de 2020, el oficialismo promovió y aprobó una normativa llamada “Ley Antibloqueo”, que permite las operaciones petroleras en un esquema de confidencialidad, discrecionalidad y protección de datos de los actores naturales y jurídicos involucrados para presuntamente salvaguardarlos de sanciones.
Según los detalles de las auditorías publicados por Reuters, los 21.200 millones de dólares en cuentas por cobrar incluyen unos 3.600 millones de dólares en facturas potencialmente irrecuperables vinculadas a tanqueros que abandonaron el país sin pagar por adelantado al menos una porción del valor de los cargamentos, a pesar de haber aceptado esos términos.
“El manejo financiero y comercial de PDVSA se ha hecho en absoluta oscuridad”, dice Vera, por su parte. “Había muchísimos intermediarios a quienes PDVSA les entregaba barcos para cambiarlos por bienes y nadie consolidaba esas cuentas”, señala.
El docente de la UCV resalta que no hay hasta el momento una rendición de cuentas financieras por parte del gobierno de Maduro. “No se sabe el faltante”, destaca.
Dinero útil
La magnitud de la corrupción denunciada por el chavismo “es una vergüenza” y constituye “un saqueo” en la llamada joya de la corona de la economía venezolana, concluye el economista y también profesor de la Universidad Central de Venezuela Luis Crespo.
Asegura a la Voz de América que el total de las irregularidades se hace más notorio en un país “donde la desigualdad y la pobreza están en niveles muy altos”. Según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida, un estudio independientes de universidades, el 81,5 % de los venezolanos viven en la pobreza y un 53 % de la población está en pobreza extrema.
Crespo denuncia que apenas una porción del monto calculado inicialmente de esa corrupción serviría para triplicar el salario de 2,5 millones de empleados del Estado.
“Con 3.000 millones de dólares, se pagaría 1 año de salario a 2,5 millones de trabajadores del sector público si el salario mínimo fuera de 100 dólares”, dice. Esa misma cifra sería útil para pagar hasta 10 años de pensiones en Venezuela.
Miles de empleados del sector público, especialmente de instituciones de la educación y la salud, han protestado por meses en las principales ciudades de Venezuela para exigir mejoras salariales. El salario mínimo mensual es el más bajo del continente, de 130 bolívares desde marzo del año pasado, equivalente a poco más de 5 dólares.
Venezuela acumuló ocho años de caída ininterrumpida de su producto interno bruto, entre 2013 y 2021, un hecho sin precedentes en la historia regional contemporánea. Además, sus niveles de inflación están entre los más elevados del mundo.
Cortocircuito económico
Luis Vicente León, director de la firma Datanálisis, explicó que el país experimentó “un cortocircuito” en el flujo de las divisas de la nación por los impagos de operaciones petroleras denunciadas desde el fin de semana por el gobierno de Maduro. Ello explica la caída de consumo del primer trimestre del año, dice en conversación con la VOA.
“El dinero recibido (por PDVSA) a final de año no corresponde con la exportación petrolera realizada y esto colapsó el flujo de caja en divisas y presionó la devaluación y la pérdida de control del equipo económico del gobierno de Maduro”, apunta.
León prevé que el eventual saneamiento de la forma de negocio de la industria petrolera venezolana pueda reportar mejorías en el segundo semestre de 2023, lo que se traduciría a su vez en estabilidad del tipo de cambio, del consumo y del producto interno bruto.
“Ya en las últimas semanas se ha visto cierta recuperación de flujo y cobranzas y el gobierno ha tenido más margen de maniobra, que se nota en la estabilidad cambiaria”, con una tasa que se mantiene alrededor de los 24 bolívares por dólar, comenta.
Vera, por su parte, asegura que esas millonarias cuentas por cobrar implican que Venezuela dejó de recibir regalías por tributos de superficie, impuestos sobre la renta y otra serie de contribuciones que son tradicional y legalmente parte del aporte fiscal petrolero.
Esos montos “ayudan a aliviar sustantivamente la finanza pública” para reducir el gasto fiscal, apunta. Esos recursos pueden ser útiles para inversiones estatales en infraestructura, servicios públicos, salud, educación y materia salarial, subraya el especialista.
El bloque de los principales partidos de la oposición venezolana atribuyó los arrestos recientes a una lucha “por el botín” de la corrupción entre diversas facciones del chavismo, mientras uno de los funcionarios de la Casa Blanca aseguró que el gobierno estadounidense apoya “los esfuerzos para acabar con la corrupción” y que estarían atentos al caso.