A Andry José Hernández Romero no le pareció suficiente tatuarse las palabras en inglés «mom» y «dad» (mamá y papá). Quería algo más.
Como en su pueblo en Venezuela, Capacho Nuevo, siempre se celebró de manera especial la festividad de los Reyes Magos, dijo: «Manu, ¿será que le podemos agregar algo así como una coronita de reina a mi mamá y una coronita de rey a mi papá?», cuenta el tatuador José Manuel Mora.
Siete años después, esas coronas son las que llevaron a Andry a estar encerrado hoy en la megacárcel de El Salvador después de que las autoridades de Estados Unidos consideraran que ese tatuaje lo identificaba como miembro de la banda venezolana Tren de Aragua y que por lo tanto, debía ser expulsado del país.
«Si yo hubiera sabido que por esas coronitas se lo iban a llevar a la cárcel, nunca se las habría tatuado», le dice Mora a BBC Mundo.
Hernández salió en mayo del año pasado de su pueblo en Venezuela rumbo a Estados Unidos. Como muchos migrantes, inició una larga travesía por la selva del Darién que lo llevó hasta la ciudad de Tijuana, en México.
Según el documento judicial de su caso al que tuvo acceso BBC Mundo, el joven de 31 años se presentó el 29 de agosto ante los agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos en el cruce de San Ysidro tras solicitar una cita.
Pidió asilo alegando ser víctima de persecución en Venezuela por sus ideas políticas y su orientación sexual.
De acuerdo a los documentos judiciales, los agentes migratorios le hicieron preguntas sobre sus tatuajes, lo dejaron bajo la custodia del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), agencia dependiente del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), y lo enviaron al Centro de Detención Otay Mesa, en San Diego.
Hernández fue interrogado por un funcionario de la empresa privada CoreCivic, una compañía contratada por el gobierno para administrar el centro de detención.
El funcionario Arturo Reyes, en su calidad de «entrevistador», completó un formulario con un sistema de asignación de puntos utilizado para determinar si un detenido forma parte de una organización criminal.
El formulario, una guía con nueve categorías -cada una con su respectivo puntaje- se titula «Validación/Confirmación de Miembro de Grupo que Amenaza la Seguridad».
Según los criterios establecidos en esa guía, el entrevistado es considerado sospechoso si obtiene 9 o menos puntos; y miembro confirmado de una pandilla si obtiene 10 o más puntos.
Hernández obtuvo 5 puntos debido a las dos coronas tatuadas en sus muñecas, según queda constancia en el documento.
«La corona resultó ser un identificador de miembro de la pandilla Tren de Aragua», escribe el entrevistador en los comentarios.

«Hasta ahora, ese formulario es el único documento del gobierno que vincula a Andry con el Tren de Aragua», dice a BBC Mundo Lindsay Toczylowski, directora ejecutiva de la organización Immigrant Defenders Law Center y parte del equipo legal que representa al joven venezolano.
Las autoridades no han entregado más información sobre su caso o los cargos que enfrentan Hernández ni el resto de lo venezolanos deportados a El Salvador.
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