Cuando el país se haya estabilizado y se haya hecho justicia se podrán llamar a elecciones con unos nuevos poderes autónomos y un CNE independiente e imparcial, se llamarán a observadores internacionales serios como lo son: La ONU, La OEA y La UE para que sirvan de garantes en el escrutinio, y para que no quede lugar a dudas se hará un conteo manual de los votos, cosa que este CNE corrupto capitaneados por fichas del gobierno que han violado todos los Derechos Humanos del venezolano una y otra vez se han negado rotundamente a hacer, y uno se pregunta: ¿Si estas tan seguro de la victoria entonces porque no quieres contar los votos? Esa es la esencia de la democracia, el contarse esta intrínsecamente ligado al espíritu de la democracia y estos descarados se han negado a ello en cada proceso electoral, es verdad que la democracia no solo son votos, también y muy importante es la separación de sus poderes, pero el contar los votos es la substancia de la democracia.
¿Cómo logramos todo esto? De la noche a la mañana no, claro que no. Lamentablemente debemos jugar políticamente y decirle al dueño del poder que permita celebrar comicios limpios. Si, ellos tienen el poder electoral, nosotros el ciudadano, por ende, la razón de ello es mediar para lograr la depuración del sistema.
El registro electoral debe estar abierto permanentemente tanto como dentro de las fronteras del país como fuera de ellas para que cada venezolano mayor de 18 años tenga derecho a sufragar y los consulados venezolanos en todas partes del mundo deben abrir sus puertas para que el día de las elecciones todas voten. El CNE imparcial deberá estar pendiente que no haya ventajismos por los que ostentan el poder para ese momento y si así fuera se les impondrán serias multas que conllevaran hasta años de cárcel y la expulsión inmediata del proceso electoral.
¿Hay condiciones? Ninguna, de ello se trata también, una negociación verdadera donde el régimen y sus brazos políticos (CNE) sean capaces de ceder y dejar la dirección del organismo. Pero si se acorralan no lo harán. Luego vendría el escenario que les estoy comentando. Por ahora, debemos luchar por una Venezuela, donde los líderes se elijan y no se impongan, donde los ciudadanos sean verdaderamente ciudadanos con derechos y con deberes y no siervos incondicionales de un régimen corrupto, donde estos ciudadanos puedan disfrutar los frutos de su labor que los eleve a una condición humana de dignidad y auto-respeto. Hay muchos que exigen soluciones, pero las soluciones no vienen dentro de un frasco que destapas y dices: mira aquí están las soluciones, primero hay que conocer las causas de la tragedia y las causas de la terrible realidad venezolana para poderlas reconocer y atacar eficazmente, y todos debemos poner nuestro granito de arena.
Ya lo decía el presidente John Kennedy: “No te preguntes lo que puede hacer el país por ti, pregúntate más bien que puedes hacer tú por el país” porque si no ¿en qué nos diferenciaríamos de aquel miserable que está esperando que el gobierno le traiga su caja de comida para no morirse de hambre y le solucione su problema inmediato que es no morirse de hambre? Y si uno se extiende es porque la realidad venezolana es extensa y compleja, y va más allá de una realidad tangible sino psicológica también, la cual no se puede resumir en una circular de media página. Todos estos puntos tan necesarios que urgen aplicarse con la mayor inmediatez posible quedarían solo en el campo de la utopía si no salimos de este modelo primero.
Podemos recuperar la confianza en el sistema electoral, pero con condiciones y como principal requisito que no permanezcan los mismos rectores. Una vez le oí a un artista decir que una buena obra nunca está terminada, siempre le faltará un pincelazo por aquí y otro por allá y estos pincelazos se los puede dar cualquiera, estos puntos que hemos tratado son simplemente el comienzo de una gran obra, después vendrán otros puntos igual de importantes, como la inversión en el turismo, la inversión en el deporte, universidades, cultura, arte, tecnología, en el sector científico y muchas pero muchas más, ya que este país tiene potencial, sembrando el petróleo como alguna vez Arturo Uslar Pietri lo soñó, solo hay que cambiar la mentalidad indolente y servil del venezolano para que este descubra sus verdaderas aptitudes.
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