Elliott Abrams en enero de 2019 fue nombrado por el Secretario de estado Mike Pompeo como un «emisario especial» para tratar la situación venezolana. Esto fue luego de que la administración de Donald Trump desconociera al gobierno de Nicolás Maduro.
Tras ser designado, Abrams dijo que Estados Unidos estaba buscando obtener los recursos financieros para que Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, quien se apegó al artículo 233 de la CRBV para asumir como presidente encargado del país, desempeñe las funciones de mandatario interino.
Culminó sus funciones cuando la administración Trump abandonó la Casa Blanca.
En su más reciente escrito, Elliott Abrams arremete contra la administración de Biden y su política hacia el gobierno de Maduro. A continuación el texto completo:
Elliott Abrams | Venezuela: Política estadounidense, sanciones estadounidenses y humillación por parte del régimen de Maduro.
La administración de Biden continúa con su fallida política hacia Venezuela. Esta consiste en fingir que el régimen de Maduro busca un compromiso y seguir ofreciendo concesiones en las sanciones estadounidenses a pesar del aumento de la represión por parte del régimen.
En los últimos días, se informó que funcionarios estadounidenses están redactando una propuesta que suavizaría las sanciones al sector petrolero de Venezuela. Esto permitirá a más empresas y países importar su petróleo crudo si el país sudamericano avanza hacia unas elecciones presidenciales libres y justas.
Así ocurre después de que algunas sanciones ya hayan sido levantadas: en noviembre de 2022, la administración Biden otorgó a la gigante petrolera Chevron Corp. una licencia para reanudar la producción de petróleo en Venezuela después de que las sanciones estadounidenses detuvieran todas las actividades de perforación hace casi tres años. Se suponía que esto incentivaría las negociaciones entre el régimen y la oposición democrática, pero no hay negociaciones.
A pesar del fracaso de ese intento, aquí vamos de nuevo. El régimen de Maduro está demostrando día tras día que no permitirá elecciones libres. El 21 de agosto, el régimen anunció que buscaba una orden de arresto para el líder opositor Antonio Ledezma, exalcalde de Caracas que vive exiliado en España. Ledezma es un importante partidario y asesor de María Corina Machado, actualmente la principal candidata de la oposición a la presidencia. El 23 de agosto, el régimen hizo que su títere Asamblea Nacional designara un nuevo Consejo Nacional Electoral. Este es el organismo encargado de gestionar las elecciones y garantizar su imparcialidad.
El CNE
Escogieron a Elvis Amoroso para liderar el Consejo. Amoroso ha descalificado recientemente, en su capacidad de Contralor General, las candidaturas de la mayoría de los líderes de la oposición. Comenzando por María Corina Machado e incluyendo a otros líderes destacados como Leopoldo López, lo que hace imposibles unas elecciones justas.
En 2019, Amoroso impidió que el ex presidente interino Juan Guaidó se postulara para un cargo durante 15 años. Amoroso ha estado bajo sanciones de Estados Unidos y Canadá desde 2017. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos lo sancionó como parte de un grupo “asociado con la subversión de los procesos electorales, la censura de los medios o la corrupción en los programas de alimentos administrados por el gobierno en Venezuela”.
En una semana, tenemos titulares como el de Bloomberg que dice “EE.UU. está en conversaciones con Venezuela sobre alivio de sanciones a cambio de elecciones justas”, y las respuestas despectivas e incluso humillantes del régimen, que demuestran una y otra vez que no habrá elecciones justas.
Como señaló Reuters, “una versión preliminar de la propuesta fue rechazada en julio por Dinorah Figuera, jefa de la Asamblea Nacional liderada por la oposición en Venezuela, que controla los activos extranjeros del país, después de discusiones con los principales partidos de oposición de Venezuela…. La razón para rechazar el borrador de la propuesta, que podría convertirse en una poderosa herramienta de negociación de Estados Unidos en futuras reuniones con los enviados de Maduro, fue la falta de pasos concretos de Maduro hasta ahora hacia unas elecciones justas en el país…”.
Los únicos pasos concretos desde entonces son represivos, como el intento de arresto de Ledezma y la elección de un hombre sancionado por el régimen para liderar el Consejo Nacional Electoral. Y la propuesta de julio se presentó solo días después de que el régimen impidiera que María Corina Machado, la figura de la oposición que lidera las encuestas entre los líderes de la oposición, se postulara.
La farsa continúa…
Sin embargo, la farsa continúa, como si la administración Biden realmente creyera que Maduro permitirá elecciones libres. Pero tal vez “farsa” es la palabra equivocada, porque no hay nada divertido en la política de la administración. Envía una señal clara al régimen y a la oposición de que la administración quiere desesperadamente un acuerdo y está dispuesta a comprometer los derechos políticos de los venezolanos para conseguirlo. Parece que el petróleo pesa más que los derechos humanos cuando se trata de la política de la administración Biden en Venezuela.
Publicado por Elliott Abrams en cfr.org