El cielo se torna gris y en Los Teques lo celebran, la razón: la lluvia se ha convertido en la única alternativa para miles de familias que acumulan semanas sin agua y para quienes ni protestando las autoridades auxilian.
Es el caso de María Vargas, vive en el sector Los Lagos, pese a que en su comunidad las lluvias se traducen en vías inundadas por el colapso de drenajes, ruego al cielo por un chaparrón que le permita al menos llenar par de pipotes.
La crisis afecta igualmente a los vecinos de Carrizal y Los Salias, donde incluso se preparan instalando canaletas en los techos para recolectar el agua y depositarla en tanques.
«El año pasado lo hicimos, la usamos para lavar la ropa, los baños e incluso para cocinar», detalla Franco Bermúdez, vecino del barrio Brisas de Oriente en Carrizal.
Quienes viven en apartamentos la tienen más difícil pero no imposible, en los estacionamientos ubican tobos debajo de los desagües, «acá tenemos ya un mes secos, hemos protestado pero ni Hidrocapital ni la Alcaldía de Guaicaipuro nos ayuda», reseña Virgilio Gutierrez, habitantes de las residencias Escorpión en Los Teques.
Irónicamente asegura que el único logro del gobierno actual es haber retrocedido al siglo pasado a los venezolanos, «ahora dependemos de velas por los apagones, de leña para cocinar por la escasez de gas y de la lluvia para poder bañarnos», puntualiza.
Redacción El Tequeño
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