El Kremlin desmintió hoy las declaraciones del ex primer ministro británico Boris Jhonson, quien acusó al presidente de Rusia, Vladímir Putin, de haberle amenazado con un ataque de misil durante una llamada telefónica que mantuvieron antes del comienzo de la campaña militar rusa en Ucrania.
«No, lo que dijo el señor Johnson no es verdad, y más exactamente, es mentira», afirmó el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en su habitual rueda de prensa diaria.
El representante del Kremlin señaló que «si se trató de una mentira intencionada, surge la pregunta de con qué objetivo eligió esta forma de expresarse, y si no fue intencionada, fue porque no comprendió qué le decía el presidente Putin».
«Entonces surge un sentimiento de incomodidad con los interlocutores de nuestro presidente», ironizó.
Peskov aseguró estar al tanto de los temas que debatieron ambos líderes durante la llamada telefónica.
«Lo repito nuevamente de modo oficial: es mentira. No hubo ninguna amenaza con un ataque de misil», dijo.
Según el portavoz del Kremlin, Putin dijo a Johnson que si Ucrania ingresaba en la Alianza Atlántica, «el potencial emplazamiento de misiles de la OTAN o de EEUU junto a nuestras fronteras significaría que cualquier misil podría llegar a Moscú en breves minutos».
El ex primer ministro británico declaró a la BBC que Putin le dijo que no quería lastimarle pero que podría atacarle con un misil, algo que «solo tomaría un minuto».
La amenaza, según ha contado Johnson en un programa que emitirá esta noche la BBC, se hizo después de que el ex primer ministro le advirtiera a Putin de que la guerra sería una «catástrofe total».
El ex jefe del Gobierno del Reino Unido también advirtió a Putin, en esta larga conversación telefónica, de que la invasión de Ucrania provocaría sanciones occidentales y el despliegue de fuerzas de la Alianza Atlántica en las fronteras con Rusia.
Johnson también trató de evitar la acción militar rusa al decirle a Putin que Ucrania no se uniría a la OTAN.
«Me amenazó en un momento y me dijo: ‘Boris, no quiero lastimarte pero, con un misil, solo tomaría un minuto’ o algo así», contó.
«Pero creo que por el tono muy relajado que estaba tomando, el tipo de aire de indiferencia que parecía tener, solo estaba jugando con mis intentos de que negociara», matizó Johnson, que calificó la llamada de «muy familiar» y «extraordinaria».