Noticias Caracol conoció una cruda conversación entre alias ‘Antonio Medina’, máximo cabecilla de las disidencias de las FARC, y alias ‘Rambo’, del ELN, donde hablan de las prácticas criminales en medio de las confrontaciones que este año, según la Defensoría del Pueblo han dejado más de 200 homicidios en el departamento de Arauca.
El primero en hablar es alias ‘Antonio Medina’, del frente 28 de las disidencias de las FARC, y que estaría en zona rural del municipio de Puerto Rondón: «Esta fuerza que estamos perdiendo deberíamos apuntalarla hacia la burguesía, no entre nosotros, es una vergüenza, mano».
Alias ‘Rambo’, cabecilla de la comisión Dumar del ELN que se ubica entre Tame y Crabo Norte, responde: «En diciembre cruzaron y eso es algo como una amenaza, como una humillación, hasta donde se cruzaron cuando ustedes sabían de que no podían cruzarse».
Luego los criminales se empiezan a cuestionar sobre sus prácticas macabras de guerra.
«Dígame por qué metió el bombazo a la sede allá en Saravena», cuestiona Rambo y recibe la siguiente respuesta: «Bueno, yo eso se lo metí porque ustedes saben que ustedes manipulan toda la situación de lo que es la contratación y toda esa chimbada».
Después, alias ‘Antonio Medina’ dice que no debieron torturar a uno de sus hombres, dejándolo herido en medio de cerdos hambrientos: «Lo dejaron que se lo tragaran los marranos y antes le estaban grabando un video, eso es una bajeza».
A lo que ‘Rambo’ le señaló: «Ese muchacho quedó ahí pa enterrarlo, pero lo que ustedes hicieron con los de nosotros, degollados, la cabeza desbaratada a plomo. A nosotros nos mandaron unos masacrados sin cabeza».
Pese a la cruda conversación, donde admiten también la muerte de civiles, se piden, eso sí, respetar a sus familias. «’Rambo’, gracias por el respeto que ha tenido con mi familia y así la tendré con la suya», se le escucha a ‘Antonio Medina’. Mientras, ‘Rambo’ responde: «Espero que no se vayan a meter con mi familia, vea yo distingo toda su familia, toda la distingo».
Este año las confrontaciones entre ambos grupos han cobrado la vida de 228 personas en Arauca y Boyacá, según información de la Defensoría del Pueblo.