Con la llamada semana «flexible» transitar por la carretera Panamericana se convierte en un auténtico infierno para miles de conductores, producto de las colas generadas por las estaciones de servicio.
Trasladarse de Carrizal a San Antonio de los Altos, un trayecto que no debería superar los 5 min, se convierte en una agonía que puede llegar a los 60 minutos.
«No hay autoridad, impera el caos y la anarquía», dijo este miércoles a #ElTequeño Ramiro Díaz, en referencia a la fila de conductores que pernocta en la Panamericana para repostar combustible, lo que genera fuerte retraso.
Narra que en las semanas «flexibles» empeora la situación porque se suman los transportistas que pueden trabajar las rutas interurbanas.
«Súmale a la cola de la gasolina a los transportistas parándose a dejar y recoger pasajeros en el único canal que queda para circular», agregó Díaz.
Denuncia que la marcha se hace aún más lenta por la cantidad de huecos que tiene la vía en el trayecto que va desde La Cascada hasta el distribuidor La Rosaleda.
«Es un castigo, un karma y las autoridades en campaña», reseñó Angélica Briceño, quien lamentó el abandono en el que se encuentra la Panamericana.
A la queja se unen quienes habitan en las comunidades aledañas a la vía. Denuncian que los conductores han convertido la pasarelas y cunetas en «baños públicos».
Daniel Murolo