Entre los meses de enero y mayo de este año, el monitoreo realizado por la Encuesta Nacional de Hospitales recogió que el servicio de resonancia magnética y tomografía es el área hospitalaria con peor desempeño.
Con un 82% de los tomógrafos y resonadores inoperativos, la capacidad de diagnóstico y tratamiento de los hospitales públicos se ve realmente afectada, señala la Encuesta Nacional de Hospitales.
«Para poner en contexto lo que esto significa, si un hospital no tiene capacidad para realizar tomografías ni resonancias magnéticas, se está limitando la capacidad de los médicos de ofrecer un diagnóstico y tratamiento oportunos. Imaginemos, por ejemplo, el caso de los pacientes oncológicos», dice el reporte de Médicos por la Salud.
El documento añade que estos pacientes «requieren estudios de este tipo para no sólo el diagnóstico, sino el tratamiento oportuno y seguimiento de la enfermedad».
Además, el monitoreo de la Encuesta Nacional de Hospitales (ENH) registró que de los servicios hospitalarios de rayos x, el 32% reportó no estar operativo, mientras que el 40% reportó estar operativo de manera intermitente.
Esta situación se traduce en que, si un paciente llega actualmente a un hospital con la necesidad de hacerse un estudio de rayos x, la probabilidad de que el servicio esté inoperativo, es sumamente alta.
La Encuesta Nacional de Hospitales también monitorea los servicios de nutrición, y para el período entre los meses de enero a mayo se registró que el 70% de los servicios de nutrición hospitalaria no ofrecen alimentación adecuada a las necesidades nutricionales ni médicas para cada paciente.
«Cuando preguntamos, cuantas comidas al día ofrece el servicio de nutrición al paciente, tenemos que la mayoría de los hospitales reportaron que se sirven menos de 3 comidas«.
Esta situación «evidentemente, está lejos de lo ideal, sobre todo si cuando preguntamos sobre la calidad de la
comida, más del 70% reportó que no cumple con las recomendaciones médicas ni nutricionales de cada paciente«.
Los altos niveles de servicios cerrados o con operatividad intermitente en los hospitales venezolanos que evidencia la Encuesta Nacional de Hospitales (ENH) limitan la capacidad de diagnóstico y tratamiento de estas instituciones y obligan a los pacientes, junto con sus familiares, a buscar alternativas fuera de los centros hospitalarios.
Estas opciones generalmente pertenecen al sector privado y tienen costos que resultan muy difíciles de cubrir, lo que termina afectando de manera directa y negativa la salud de los venezolanos.